Traducido por: Lydia Mendez y Liliana Cote de Bejarano
Grabado en los estudios de SEMACOM Foundation
Voces: Padre Antonio La Roca y Daniel Bejarano
Introducción:
Saludos. Soy el obispo Víctor Galeone de la Diócesis de San Agustín en la Florida. A continuación usted
oirá una presentación maravillosa por Steve Patton, el director de la oficina de Vida Familiar. Steve explica claramente por qué la sabiduría para todos los tiempos de la Iglesia que trata del amor conyugal trae mucha alegría a las parejas casadas y una profunda satisfacción para los sacerdotes que les sirven. Tenga cuidado, sin embargo, este mensaje podría tener un impacto duradero para bien en su vida. Disfrute de la presentación.
Stephen Patton:
Buenas tardes. Tengo que empezar con una advertencia. En esta charla voy a discutir algunos detalles sobre el acto conyugal, Lo que sucede, lo que significa, y cómo se puede deformar. Así que si están escuchando
ahora con niños pequeños, ya sea en vivo o en la grabación, por favor tomen en cuenta su edad y tal vez escuchen más tarde, cuando ellos no estén presentes.
Me gustaría platicarles acerca de tres personas: un sacerdote y un matrimonio. Son personajes
ficticios, pero en un sentido, son bastante reales. Cada uno representa una combinación de las opiniones de muchos sacerdotes reales y de las parejas casadas de hoy en día.
En primer lugar, permítanme que les presente al Padre Amigable.
El Padre Amigable es amado y respetado por sus feligreses, y él los ama y los respeta.
Él sabe todo acerca de las muchas tentaciones y las tensiones que enfrentan a diario, por lo que se preocupa por enseñar a menudo acerca de la compasión y la misericordia de Dios. Pero de todos los muchos problemas que pesan sobre su rebaño, y que pesan sobre él, se destacan dos: el aborto y el divorcio.
Si bien él no es lo que podríamos llamar un sacerdote activista pro-vida, sabe que el aborto es un grave crimen contra los no nacidos. Incluso ha predicado sobre esto de vez en cuando, aunque siempre con compasión. Él sabe que la mayoría de las mujeres toman esa terrible decisión, no tanto como una elección libre, sino porque no pensaban que realmente tenían otra opción. El quiere llegar a ellas, y quiere evitar que alguna otra persona tome esa misma terrible decisión.
Le intriga a él porqué mucha gente, cientos de miles, incluyendo católicos que parecen tan buenos, todavía son víctimas de este pecado.
Al mismo tiempo él sufre por la epidemia del divorcio. Ha aconsejado a docenas de familias y matrimonios
destrozados. Le entristece profundamente que esto le esté sucediendo a tantas parejas buenas, especialmente aquellas parejas que parecían tenerlo todo: los que van a misa regularmente, gente amable, padres que aman a sus hijos. El ha predicado acerca de la santidad del matrimonio, les ha recomendado terapia a las parejas que atraviesan por momentos difíciles. Promueve programas que fomentan
el enriquecimiento matrimonial.
Aún así los divorcios continúan multiplicándose.
Sin embargo existe un tema del cual el Padre amigable nunca ha predicado. La anticoncepción. El sabe que su uso va en contra de las enseñanzas de la Iglesia Católica; sabe además, que la mayoría de los católicos no cumplen con esta enseñanza. El no predica acerca de esto ni tampoco lo ha sacado a relucir en la confesión. El sospecha que con todas las otras preocupaciones que su rebaño tiene, él no debe
darles una más. El sospecha que hay algo equivocado con el uso de los anticonceptivos, pero piensa
que no es un asunto de gran importancia y que hay otros temas primordiales de los cuales hay que
hablar.
Ahora déjenme presentarles al Sr y la Sra. Buena Gente. Ellos participan activamente en
las actividades del padre Amigable, y en cada una de las áreas que acabo de mencionar sus puntos de vista son prácticamente idénticos a los del padre. Ellos saben que el aborto es malo y creen que nadie debería someterse a uno. También están entristecidos por la epidemia del divorcio a su alrededor, en su propia familia
y entre sus amigos más cercanos. Ellos no pueden entender lo que está pasando. Ellos toman su propio matrimonio en serio y desean que todas las parejas hagan lo mismo.
Pero si ellos se encuentran a tono con las enseñanzas de la Iglesia en el tema del aborto y el divorcio, no lo están en cuanto al tema de la anticoncepción. La Señora Buena Gente ha usado la píldora
anticonceptiva desde que era una adolescente, época en la que empezó a tener relaciones sexuales. Nunca nadie le dijo que esto estaba mal, ni sus padres ni sus amigos, tampoco sus maestros o sus doctores, ni sus sacerdotes. Si le dijeron algo, era que usar anticonceptivos era la única manera de ser responsable o no le dijeron nada. En cuanto al Sr. Buena Gente sucedió casi lo mismo. Así es que los dos llegaron al matrimonio con esa mentalidad. Siempre han usado los anticonceptivos, excepto cuando trataron de concebir.
De vez en cuando escucharon algo acerca de que la Iglesia Católica desaprueba el uso de los anticonceptivos. Pero ellos nunca escucharon que el usarlos constituía un pecado grave. Nunca se les explicó de qué forma nos dañan y cómo su uso es una ofensa para Dios. Oyeron hablar acerca de algo que llaman Planificación Familiar Natural pero nunca le dieron importancia. No conocen a nadie que tome
la Planificación Familiar Natural con seriedad, incluyendo aparentemente al Padre Amigable. La pareja Buena Gente quiere hacer lo correcto y quizás hubieran estado dispuestos a aprender de las enseñanzas de la Iglesia si alguien se las hubiera presentado. A menos que esto suceda, ellos seguirán usando
anticonceptivos y es probable que eventualmente elijan ser esterilizados.
Les ofrezco estas reflexiones a todos ustedes Padres Amigables y esposos Buena Gente. Yo quiero mostrar dos cosas. En primer lugar, quiero mostrar por qué la anticoncepción es un asunto realmente importante. Quiero demostrarles que no importa que tanta pasión tengamos acerca de detener el aborto y el divorcio;
hasta que empecemos a cambiar nuestros puntos de vista y las prácticas anticonceptivas, nunca vamos a ver el final de cualquiera de esos dos males.
En segundo lugar, quiero que atendamos a esto todos nosotros
que somos la Iglesia. ¿Qué clase de efecto secundario nos acarrea nuestra complicidad con nuestra mentalidad contraceptiva? y ¿qué podemos hacer al respecto?
Nuestra cultura de la muerte doble
Veamos primero de qué manera la anticoncepción conduce al aborto y al divorcio.
Quizás ustedes han escuchado los términos “la cultura de la vida” y “la cultura de la muerte” frases que fueron instituidas por el Papa Juan Pablo II. Pienso que podemos dividir la cultura de la muerte en dos sub-categorías: muerte a la vida y muerte al amor matrimonial.
Lo que quiero decir con muerte a la vida, no es solamente acerca de la muerte de las decenas de millones de bebés no nacidos, sino también la creciente muerte a la idea de la posibilidad de tener
bebés. A través de Norte América, Europa y virtualmente en cada cultura donde el aborto es una práctica cotidiana, podemos observar también la decadencia en la tasa de nacimientos.
Así es que, una cultura de muerte a la vida es una cultura que nos lleva a menospreciar una nueva vida humana. Lo que hacemos es,ya sea, asesinar a un gran porcentaje
de nuestros bebés por medio del aborto o nos inclinamos a un punto de vista más sombrío de ni siquiera concebirlos.
Nuestra cultura de muerte al amor matrimonial muestra un patrón semejante. Vemos más y más como va en aumento la muerte del amor matrimonial a través del divorcio (que está trágicamente en 50 % de los matrimonios) pero también muerte a la idea de establecer el compromiso matrimonial. Cada día, son
menos las parejas que están contrayendo matrimonio. La tasa de matrimonios ha estado disminuyendo por décadas.
¿Qué es lo que está sucediendo aquí?
La noción de que un hombre y una mujer establecieran un compromiso de por vida, y permanecieran en el, ha existido en cada cultura humana por miles de años.
¿Por qué en nuestra cultura actual está muriendo lentamente?
Veamos el divorcio y el aborto simultáneamente. Tengan en cuenta que ninguno es nuevo a la experiencia humana. Ambos han existido por miles de años, pero generalmente solo como último recurso, opción extrema. ¿Por qué entonces ambos emergieron de la oscuridad simultáneamente y se esparcieron a niveles epidémicos?
Lo que sugiero, es que toda esta muerte y decadencia en las formas del aborto, la disminución en la tasa de
nacimientos y el divorcio se multiplicaron simultáneamente con el aumento en el uso de los anticonceptivos.
Nuestra Cultura Anticonceptiva
Ahora me gustaría mostrarles lo que solamente puedo describir como la cultura anticonceptiva. Primero quiero
pedirles que consideren los términos “anticoncepción” y “esterilización” realmente intercambiables. Después de todo, la anticoncepción es básicamente una forma temporal de esterilización, mientras que la esterilización es una forma permanente de anticoncepción. Pero cada una significa lo mismo: un acto que intencionalmente transforma el acto sexual en estéril. Así es que cuando me refiero a una cultura anticonceptiva, a lo que realmente me estoy refiriendo es a nuestra cultura del sexo esterilizado. ¿Qué quiero decir con esto?
La visión dominante, moderna del sexo es que la mayoría, si no toda la vida reproductiva de una persona, su estado natural y saludable de fertilidad debe ser esterilizado. Si no se esteriliza, entonces, entre comillas, no es “seguro”. La posibilidad de que la actividad sexual pueda resultar en un embarazo es algo de lo cual usted necesita protegerse. Entendemos la frase, “sexo responsable”, como que “los responsables utilizan
un método anticonceptivo, y la gente irresponsable no lo hace de la misma manera”.
El adoctrinamiento en esta manera de pensar comienza temprano. Tanto si se trata de nuestros compañeros, padres, maestros, médicos o de los medios de comunicación, la instrucción sobre control natal por lo general nos llega de la mano con la instrucción sobre el sexo en general. Es considerado como algo normal, lo más seguro, y responsable que la gente hace. Ahora, por favor entiendan, podemos y debemos
oponernos a esta opinión. Lo que estoy diciendo, sin embargo, es que existe un amplio apoyo para ello. Usted
puede ser un padre muy respetado y líder cívico, no sólo a pesar de pensar así, pero debido a que cree en esto.
El resultado de toda esta presión cultural acumulada es que más del 90% de los americanos tienen relaciones sexuales esterilizadas en una u otra forma a lo largo de su vida, y los católicos como la pareja Buena Gente no son la excepción. Ellos y millones de otros como ellos construyen sus vidas alrededor
de este punto de vista de la fertilidad. Es simplemente un hecho. Es el aire que respiramos.
Quiten las relaciones sexuales esterilizadas, y la mayoría de la gente sentirán su mundo entero seriamente amenazado.
Incluso las personas que se oponen a enseñar a los niños acerca de los condones, o poner anticonceptivos en manos de los jóvenes o de las parejas no casadas se verán también amenazadas. No es de extrañar que el Padre Amigable no toque este tema ni con un palo de tres metros.
Pero pensemos por un momento en la gravedad de lo que está sucediendo aquí.
Piensen en lo que significa desde el punto de vista médico el esterilizar los órganos reproductivos ya sea temporal o permanentemente. Toda la medicina y el cuidado a la salud se reduce a esto: o mantiene sus órganos saludables o les ayuda a permanecer saludables. De esto se trata. El cuidado médico nunca supone convertir un órgano saludable en no saludable o en interferir con su función normal. Algunas veces los órganos
sufren por los efectos secundarios de tratamientos, por ejemplo cuando una persona con cáncer recibe
quimio-terapia. Pero esto solo se justifica si con este tratamiento resulta un beneficio. Supuesta mente nunca debemos enfermar un órgano o mutilarlo intencionalmente. Los doctores entienden esto, las enfermeras entienden esto, todos nosotros entendemos esto.
Pero por alguna razón extraña, la manera como tratamos los órganos reproductivos es la única excepción a esta regla. Pero, la fertilidad es un estado natural saludable. No es una enfermedad que necesita ser corregida con cirugía. No es un mal que necesita ser curado con una píldora. Sin embargo, la esterilización de estos órganos saludables no solamente es ampliamente aceptada por el personal médico; quien no lo acepta es considerado como atrasado o irresponsable. En la comunidad médica, la anticoncepción y la esterilización, se han convertido en el “estándar deatención”.
Por qué el sexo esterilizado causa aborto y divorcio
Retomemos ahora la pregunta ¿por qué la aceptación y aprobación generalizada del
sexo esterilizado nos ha llevado a la propagación del aborto y el divorcio?
Responderé esta pregunta en dos niveles, primero el nivel más aparente, al que llamaré la punta del
iceberg y después el nivel más sutil que se encuentra por debajo de la superficie.
La punta del iceberg
Así es que veamos primero el nivel más obvio, de qué manera la cultura del sexo esterilizado nos conduce a la cultura de la muerte.
Muerte al Amor Matrimonial
En primer lugar, con conducir a una cultura de la muerte al amor matrimonial lo que quiero decir es esto. Antes de la revolución anticonceptiva, había una conexión firme y clara entre el sexo y el matrimonio. Los casados tenían sexo, los solteros no; y si lo tenían, sabían más o menos que estaban haciendo algo
indebido. La mayoría de la gente sabía esto.
Pero todo empezó a cambiar a través del siglo veinte, cuando la anticoncepción comenzó a ser moralmente aceptada, disponible y eficaz. A través de los años sesentas podíamos ver con claridad, tanto los solteros como los casados, que, no se necesitaba estar casado para tener sexo. El uso de los anticonceptivos convirtió la sexualidad en una actividad recreativa a la que todos tienen derecho.
¿Qué significa esto para los no casados?
Bueno, quizás han escuchado el viejo refrán, ¿para qué comprar la vaca cuando puedes obtener la leche gratis? La aceptación generalizada y la disponibilidad de los anticonceptivos nos han
llevado a la fornicación generalizada. Las relaciones sexuales pre-matrimoniales no solo son socialmente aceptables sino socialmente respetables. No existe diferencia en cuanto a esta práctica entre los católicos. En los Estados Unidos el 90% de las parejas católicas comprometidas en matrimonio ya tienen relaciones sexuales. Sí, la gente se sigue casando pero en menor número. ¿Por qué sucede esto? Bien, Una de las razones por las cuales un hombre y una mujer se casaban era para comenzar a tener sexo y la anticoncepción ha quitado este motivo.
¿Qué es lo que la revolución anticonceptiva ha ocasionado a los matrimonios?
Hay tres formas en que se llevó a un aumento en las tasas de divorcio.
En primer lugar, es la otra cara de la moneda de lo que acabo de mencionar. Si el sexo ya no es una de las
razones primordiales para casarse, tampoco lo es para permanecer casado. Cualquiera puede tenerlo, es una comodidad. Pero una vez que quitemos el sexo de escena de todo aquello que hace del matrimonio algo
único y valioso, entonces una pareja tiene una razón menos para tratar de hacer que el matrimonio funcione.
Segundo, la práctica generalizada de la anticoncepción nos ha despojado de otra de las razones por las cuales las parejas se mantenían unidas que es el tener hijos. Algunas parejas tratan de hacer que su matrimonio funcione por el bienestar de los hijos. Pero, ¿qué sucede cuando no hay hijos de por medio? El
incremento en la anticoncepción nos ha conducido a tener menos hijos y en muchos casos
a no tener hijos del todo. Así es que el divorcio sucede como una consecuencia natural.
Tercero, el uso generalizado de anticonceptivos en las parejas casadas nos
ha llevado al incremento en el adulterio. Una vez que se ha eliminado uno de los temores mas grandes- en las relaciones extra-matrimoniales, que es el embarazo- empezaremos a ver un incremento en
esta práctica. Y cuando vemos más adulterio veremos también un incremento en
los divorcios.
En efecto, la práctica del sexo esterilizado ha convertido al matrimonio en una institución menos atractiva a la cual pertenecer y de la que es más fácil librarse. Esto ha contribuido a la desaparición de millones de matrimonios, los que se realizaron y los que nunca llegaron a efectuarse.
Muerte a la Vida
Veamos ahora la forma en que nuestra cultura del sexo esterilizado
generalizado también ha llevado a nuestra cultura a la muerte generalizada de la vida humana de los no-nacidos. Tenga en cuenta que por el momento estamos viendo sólo la punta del iceberg. Vamos a ver un nivel más profundo en un momento.
¿Cómo la anticoncepción generalizada lleva a la disminución de la tasas de natalidad?
Bueno, si el potencial del sexo de dar-vida es obstinadamente eliminado, la cultura poco a poco fomentará la
mentalidad en la que los propios niños son retirados de la escena. Ellos tienden a ser vistos no como un regalo sino como una desventaja, o arruinadores de un estilo de vida placentero. Puede ser que tengamos uno o dos, si eso es agradable para nosotros, pero después de esto la norma es rechazarlos.
¿Cómo la anticoncepción generalizada lleva al aborto generalizado?
Le doy crédito a la Dra. Jennifer Roback Morse resumiendo el lema de nuestra cultura de la liberación sexual de esta manera, y teniendo en cuenta que nuestra cultura de la liberación sexual ha sido posible sólo por la cultura de la anticoncepción: Ella dice que nuestra cultura es una cultura en la cual, “todos los adultos tienen derecho a la actividad sexual ilimitada sin tener el resultado de un bebé vivo.” Voy a decirlo otra vez, “todos los adultos tienen derecho a la actividad sexual ilimitada sin tener el resultado de un bebé vivo.”
Lo que trata la Dra. Morse es la prevalente desconexión de nuestra cultura entre el sexo y los bebés. Antes de que la anticoncepción reinara, dominaba la suposición de que un bebé era una consecuencia natural del
sexo. Si usted opta por tener relaciones sexuales, usted sabía que podría dar lugar a un bebé. Usted posiblemente no hubiera querido que eso sucediera, pero por supuesto que podría suceder. Si un bebé resultó, fue a causa de su acción libremente elegida, y por lo que probablemente, no necesariamente, pero es
probable que, sentiría un cierto tipo de responsabilidad hacia ese niño.
La revolución de los anticonceptivos cambió todo eso. Esto condujo a la hipótesis dominante de que los bebés no deberían tener nada que ver con el sexo. Es decir, no, a menos de que usted hubiese querido que
el bebe tenga algo que ver con el sexo, no, amenos que usted lo haya permitido. O como la doctora Morse lo dijo, no a menos que usted está metido en ese tipo de cosas.
Ahora, las parejas que piensan de esta manera saben que mantener a un bebé fuera de contexto no sucede por sí mismo, tienen que hacer su parte. Tienen que hacer algo al acto sexual para asegurarse de
que un bebé no sea concebido. Eso es lo ahora significa, entre comillas, tomar responsabilidad por sus acciones con respecto a la actividad sexual.
Pero si una pareja tiene este tipo de actitud, a continuación, cuando el método anticonceptivo falla, como ocurre a menudo, y hay un embarazo, ellos no tienden a pensar que el bebé que está ahí es resultado de sus
acciones. Ellos tienden a pensar que el bebé está ahí a pesar de sus acciones. En otras palabras, su forma de pensar no es tanto que es su hijo el que concibieron. Por el contrario, ellos tienden a pensar que es un invasor que fallaron en combatir. Este tipo de pensamiento, puede favorecer un sentido muy diferente de lo que es lo más responsable de hacer al respecto.
Ahora, me doy cuenta, que aún no estamos hablando sobre el aborto. No todo el que fuma tiene
cáncer de pulmón, y no todos los que usan métodos anticonceptivos y les falla van a tener un aborto. Lo que estoy diciendo, sin embargo, es que la anticoncepción, por su propia naturaleza, y como un fenómeno social amplio, tiende a inclinar el corazón de una nación hacia el aborto. Como Juan Pablo II lo
planteó en EvangeliumVitae, que en latín significa
Evangelio de la Vida, la mentalidad anticonceptiva refuerza la tentación de abortar. La anticoncepción y el aborto no son la misma cosa, pero como Juan Pablo lo dijo, están tan estrechamente
relacionados como “frutos del mismo árbol.”
Debajo del Iceberg
Hemos visto la punta del iceberg. Quiero mostrar ahora una visión más profunda de cómo el sexo estéril generalizado conduce tanto al aborto como al divorcio. Para hacer eso, tengo que mostrar primero el sexo como se supone debería ser, la forma en que fue hecho por Dios.
Cuando Dios creó el sexo, lo hizo para servir a dos propósitos o significados: # 1. para expresar el vínculo de amor conyugal entre un esposo y una esposa, y # 2. para crear una nueva vida humana. Y aquí está el
punto crucial. Dios hizo también que los dos significados o propósitos estén íntimamente, orgánicamente ligados uno al otro. En otras palabras, así como los dos forman uno, de tal manera que todo lo que una persona puede hacer para romper la unión orgánica de estos dos significados podría poner en peligro
el bienestar de ambos. El significado del amor conyugal se pondría en peligro, lo mismo que el significado de la vida humana.
¿Cómo están expresados juntos estos dos significados – el amor conyugal y la apertura a la vida en el acto sexual como fue hecho por Dios?
El momento cumbre del sexo, tanto para el esposo como para la esposa, es el momento del orgasmo. En aquel momento, el cual idealmente sucede al mismo tiempo, ellos experimentan juntos sensaciones intensas
de placer físico y de conexión emocional. Por ese acto sus cuerpos expresan todos los valores de la unión de amor que los mantiene juntos como marido y mujer.
Ellos se dicen uno al otro, con el lenguaje de sus cuerpos, “Oh, Dios mío! Te amo y quiero todo de ti y ¡doy todo de mí para ti! ”
Mientras tanto, tenga en cuenta lo que está sucediendo fisiológicamente
para aumentar y reforzar esta sensación de unión. Durante el orgasmo, tanto en el hombre como en la mujer, la hormona oxitocina fluye en su torrente sanguíneo. Ahora normalmente se entiende que esto ocurre a la mujer, pero también sucede en el hombre, a un nivel de intensidad más bajo, pero aún sucede tanto en el hombre, así como en la mujer.
La oxitocina es conocida como la hormona del amor, ya que está involucrada en el reconocimiento social,
la unión, y la formación de confianza entre las personas. Así que el orgasmo está profundamente conectado a expresar y afirmar un lazo de amor. Esto no quiere decir que el sexo en realidad siempre sea usado de esa
manera, pero a un nivel orgánico profundo es para lo que se hizo.
¿Qué pasa con el significado de dar vida?
Consideren lo quesucede con los órganos reproductivos del hombre y de la mujer. Para el esposo, el momento del orgasmo es el momento en el que el libera, en el cuerpo de su esposa, no sólo un fluido, sino
que literalmente su semilla, su identidad genética. Para él, entonces ese acto de orgasmo al mismo tiempo no sólo expresa su unión amorosa con ella, pero también la esperanza que él ha tenido o tendrá de convertirse en un padre con ella. Tal vez, en su mente, en realidad no desea, poder convertirse en un padre con ella por este acto en particular. Pero, esto es crucial, sin embargo, su cuerpo ansía expresar la apertura a esa posibilidad. En, y, a través de su cuerpo le está diciendo: “¡Ay, Dios mío! Podría convertirse en un padre contigo! “Y aún más:” ¡Ay, Dios mío, mi cuerpo está en realidad tratando de convertirse en un padre contigo! ”
Mientras tanto, para la esposa, así como para su esposo, la experiencia del orgasmo también está profundamente ligada a la posibilidad de crear una nueva vida. Para ella, el orgasmo llega en forma de contracciones uterinas. El cuello de su útero, literalmente, cae hacia abajo varias veces hacia la fuente de semen de su esposo, en una especie de movimiento ondeante. Por favor, entienda lo que está pasando
aquí. Su cuerpo no se está sólo lanzando en una especie de éxtasis sin rumbo, sino que quiere esa ¡semilla! Quiere ayudarle a alcanzar su ¡meta! Por lo tanto, al igual que con el acto de su marido
de la eyaculación, en el acto mismo de sus contracciones uterinas se expresan simultáneamente no sólo los sentimientos más intensos de la unión con su marido, sino también su más profundos deseos de su cuerpo para convertirse en madre por medio de él.
Permítanme agregar otro hecho fisiológico sobre el cuerpo de la mujer que ilustra este diseño para reproducirse. Para el hombre, el deseo sexual por su esposa es bastante constante de un día para otro. No lo es así para ella. Como ustedes saben, los días en que es probable que se sientan los deseos sexuales más intensos por su esposo son esos pocos días fértiles del mes en el que tiene más probabilidades de concebir. En su mente, ella puede realmente desearlo, puede concebir, o no, y en realidad puede ser capaz de concebir,
o no. Pero en un sentido, nada de eso es lo que realmente importa. Lo que importa es que su cuerpo a su manera, y el cuerpo de su esposo, a su manera, están profundamente conectados de tal forma que siempre están tratando de decir las dos cosas por medio de las relaciones sexuales, y para decir a la vez:
“Yo te amo para siempre” y “anhelo de crear una nueva vida contigo. ”
Ahora, demos un vistazo a lo que ocurre con esta imagen maravillosamente compleja de la sexualidad
humana, cuando una pareja a propósito frustra el significado que dar la vida, y ver cómo puede inclinarlos
hacia el divorcio y el aborto. Por cierto, por favor no piensen que en nada de esto me estoy refiriendo a las parejas que son infértiles, sin culpa propia. El factor decisivo no es la esterilidad, pero lo es la esterilidad deliberada.
El divorcio
Veamos primero eldivorcio. El vínculo que mantiene un matrimonio junto está compuesto por
una variedad de fuerzas: morales, sociales, religiosas, emocionales, económicas, etc. Si cualquiera de las fuerzas desaparece o se debilita, también lo hará la fuerza del vínculo matrimonial que también
se debilita o se desvanece. Así los divorcios también incrementarán. Una de estas fuerzas que mantiene un
matrimonio junto se trata de las relaciones sexuales regulares con significado. “Significativo”
es la palabra clave aquí. Si por alguna razón sus relaciones sexuales
se vuelven menos significativas, o tal vez carecen de sentido por completo, entonces también su enlace matrimonial se debilitará. Por lo tanto, si el sexo marital, como un fenómeno social amplio, es cada vez menos significativo, entonces podemos esperar que los divorcios comiencen a multiplicarse.
Esto es lo que ha sucedido con el significado del sexo en nuestros días. Si las naciones siguen quitando generalizadamente el sentido del sexo de dar la vida, hacemos que el sexo sea mucho menos significativo.
Piense en los millones de parejas que han usado la anticoncepción hasta el punto en el que uno o ambos
de ellos se quejan de que sus relaciones sexuales se han convertido básicamente en algo sin sentido. Dios unió ese sentido de dar la vida en el núcleo de la experiencia sexual. Fue hecho para ser una parte importante
del asombro del sexo: la chispa, el misterio de la vida misma. Así que ¿nosotros damos la vuelta y hacemos todo lo posible para cancelar ese significado del todo y no pensamos en las consecuencias negativas que pudiera conllevar?
Por favor, reflexionen aquí sobre esta ironía. El matrimonio que esteriliza sus relaciones íntimas se imagina que al hacer esto su relación va a mejorar. Ya saben, ellos tendrán relaciones sexuales, cuando tal vez no
las habrían tenido de otra manera, y que esto fortalecerá su relación, ¿verdad? Bueno, no funciona de esa manera. Sí, es posible que tengan un orgasmo junto y que probablemente sentirían placer a un nivel puramente físico. Y también podría servir para ellos un momento cariñoso, para aliviar la tensión Pero lo que
han perdido a través de hacer esto es la plenitud del significado de sus relaciones sexuales, y esta es una gran pérdida. Por mucho que realmente se amen, y quieran expresar ese amor, si han hecho algo para eliminar ese “podríamos tener un bebé”, es decir, al hacerlo, han disminuido el significado del acto como un todo.
Y esto se pone peor. Juan Pablo II señaló que debido a esa conexión orgánica, simbiótica entre los
dos significados del sexo, si una pareja quita el significado de dar la vida, al hacer eso, ellos de alguna manera misteriosa, también han quitando el significado que da el amor. Desde este punto de vista, esterilizar el sexo es completamente robarlo de significado.
Un estudio recién publicado en el Journal of Reproductive Medicine parece apoyar este punto de vista (J Reprod Med 2007; 52:263-272). Los autores del estudio realizado en 2007, titulado “Efectos de la ligadura de
trompas entre las mujeres americanas”, encontraron que las mujeres que habían tenido una ligadura de trompas eran más propensas que las mujeres que no la habían tenido a reportar dos cosas: # 1. Estrés que interfiere con el sexo, y # 2 Visitar el médico por problemas sexuales. Además de sus propios hallazgos
los autores se refieren en su artículo a una investigación anterior que demostró que, y cito, “las mujeres con una ligadura de trompas tienen una tendencia a informar de un tipo de imagen de cuerpo mutilado.” Llegan a la conclusión, y de nuevo cito, “es razonable preguntarse si la ligadura de trompas, de alguna manera altera el vínculo emocional entre la pareja.”
De alguna manera se interrumpe el vínculo emocional. Lo que no han podido identificar es “de qué manera” existe esa conexión misteriosa entre el significado pro-creativo y de donación amorosa. Interrumpir el propósito de pro-crear esinterrumpir el propósito de dar-amor.
Y la tragedia, de nuevo, es que estos no son los deseos en absoluto de la pareja que se esteriliza. Todo lo contrario. Lo hacen porque creen que va a mejorar su vínculo emocional. Sin embargo, como beber agua salada para saciar la sed, tener relaciones sexuales esterilizadas no apagará la sed del hombre por amor. No sólo no sacia esa profunda necesidad, la agrava. Nuestra cultura anticonceptiva nos ha dejado
hinchados con el sexo, y deshidratados para el amor. Y por lo tanto inclinados hacia el divorcio.
El Aborto
Veamos ahora qué significa distorsionar el acto sexual para el aborto. Recordemos que en el momento del orgasmo, el cuerpo del hombre y de la mujer, cada uno a su manera se agitan en un esfuerzo compartido para
concebir una nueva vida. Repito lo que dije hace un momento: sus cuerpos van atratar de hacer esto cada vez, independientemente de su intención o su capacidad para concebir realmente una nueva vida.
A la luz de este hecho, creo que es hermoso pensar en una pareja de setenta años haciendo el amor. Ella no ha ovulado en las últimas décadas. No hay posibilidad de concebir una nueva vida. Y sin embargo, son sus cuerpos, los que aún están haciendo esa misteriosa danza de la fertilidad en conjunto, siguen luchando, contra viento y marea, para concebir un bebé. Desde el comienzo de su matrimonio hasta llegar asu fin, su amor el uno por el otro está de alguna manera siempre misteriosamente conectado a la creación de una nueva vida juntos.
¿Pero qué hace un matrimonio joven y fértil acerca de esto si realmente no es el momento adecuado para ellos para tener un bebé? Bueno, si quieren vivir en armonía con sus cuerpos, ellos esperarán hasta un
tiempo, naturalmente infértil. Cuando llegue ese momento, su cuerpo volverá a reunirse y hacer la danza de la fertilidad. Se pondrá a prueba el concebir. Eso es muy probable que no suceda en realidad, pero no será porque han hecho algo para frustrar la posibilidad de procrear de sus propios cuerpos. Esta es una manera natural, integral de vivir con su fertilidad. Siempre la tratan con reverencia, asombro y ternura. Siempre reciben la fertilidad y trabajan con ella, incluso si esto significa tener que sufrir de vez en cuando.
Contraste este enfoque con la alternativa mucho más popular que las parejas eligen estos días, que es no trabajar con el misterio que da la vida de sus propios cuerpos, sino luchar contra ella. El don de la fertilidad no se recibe, se rechaza. No se trata con cuidado, es interferida, o manipulada, o mutilada quirúrgicamente. Por cualquier método que elijan, las parejas que esterilizan su sexo aplican una fuerza contra ellos mismos. Es un tipo de violencia contra el cuerpo humano, y eso sí, es violencia hacia partes muy especiales del cuerpo humano en el momento mismo en que están ansiosamente tratando de llevar a cabo una función muy sagrada: crear una nueva vida humana.
Hablando de auto-violencia, señores, piensen por un momento lo que realmente sucede cuando se tiene una vasectomía. Sus testículos están todavía allí, pero han sido cortados fuera del acto para el cual fueron
creados. Ahora sólo están colgando, inertes, como los muertos vivientes – pequeños zombis. Por cierto, si ustedes han sido esterilizados, ya sea por una vasectomía o una ligadura de trompas, el procedimiento puede ser revertido. Usted puede regresar sus órganos en el exilio a la tierra de los vivos.
No estoy aquí para acusarlos lanzando piedras. Sólo les estoy pidiendo reflexionar y pensar en lo que realmente estamos haciendo esterilizando el sexo. Independientemente
de nuestras motivaciones, o nuestra culpabilidad moral, o lo que sea, estamos participando en una especie de alienación y de guerra con nuestros propios cuerpos. Y piensen que esto no pasa sólo con una pareja una vez, pero sucede una y otra vez, a millones de parejas, año tras año, hasta el punto que esta
ahora es la forma normal en que nuestra nación y nuestra Iglesia, trata el misterio de la vida en el sexo.
Así que aquí está el punto clave: ¿Cree usted que el patrón común de nuestra nación de rechazar nuestra fertilidad podría tener un efecto indirecto en la forma en que tratamos a nuestros embarazos no deseados?
¿No es razonable que la violencia cometida regularmente en contra del potencial de dar la vida que tiene el sexo podría llevar a la violencia cometida contra la vida misma? Una vez más, no estoy diciendo que cualquier pareja, como la del matrimonio Buena Gente, que esterilizan sus relaciones sexuales necesariamente
tengan un aborto, o incluso jamás piensen que nadie debe tener uno. Lo que estoy diciendo, sin embargo, es que cualquier pareja que usa anticonceptivos tiene que saber que sus actos sexuales esterilizados no están aislados. Encajan en un patrón cultural amplio, y que contribuyen a ese patrón. Y es el mismo
patrón cultural que promueve el aborto.
¿Qué significa esto para nuestra Iglesia?
Al comienzo de esta charla dije que quería mostrar dos cosas. He intentado hacer la primera, que es
mostrar que la anticoncepción es realmente un gran problema, que es la raíz de nuestra cultura
de hoy en día del aborto y del divorcio. Ahora quiero mostrarles la segunda, que es lo que la complicidad de nuestra Iglesia con la mentalidad anticonceptiva ha hecho en nosotros, y lo que nosotros como Iglesia podemos hacer al respecto.
En primer lugar, ¿qué es lo que quiero decir con la complicidad de nuestra Iglesia?
Encuesta tras encuesta, estudio tras estudio, muestran que la anticoncepción es tan popular entre nosotros los católicos, como lo es con en el resto de la población. Y esto no es sólo el caso de aquellos que dicen que son católicos, pero nunca van a la iglesia. Incluye a los miembros activos como el Sr. y la Sra. Buena Gente, las personas que asisten a la iglesia con regularidad, que dicen que su religión es muy importante para ellos, y
que de otro modo tienen puntos de vista ortodoxos. Esto se demostró de nuevo en un estudio publicado en mayo del 2007 por investigadores de la Universidad Marquette, Ohlendorf y Fehring. (“La influencia de la religiosidad en el uso de anticonceptivos entre mujeres católicas romanas en los Estados Unidos,” Revista Trimestral Linacre, mayo de 2007, Volumen 74, Número 2, pp 135 – 144.) En realidad, su estudio demostró que los católicos que van a la iglesia regularmente, son los más propensos a esterilizarse que los católicos que no van a la iglesia.
¿Qué ha causado todo esto a nosotros como Iglesia? Encontré una idea de una fuente inusual. Cuando me estaba preparando para esta charla, yo estaba tratando de encontrar las palabras e imágenes para describir un mundo con la anticoncepción, y un mundo sin utilizar métodos anticonceptivos. Consulté la
6 ª edición del diccionario de sinónimos Roget Internacional, derechos de autor del 2001. Si usted no está familiarizado con este libro, es, en primer lugar, la autoridad en el idioma Inglés, y, en segundo lugar,
se trata de un recurso totalmente secular. No tiene ninguna agenda religiosa o moral, buena ni mala. Simplemente hace lo que un diccionario de sinónimos
se supone debe hacer: agrupa palabras, como se entienden comúnmente, en las categorías de palabras similares, y contrasta aquellas categorías con otras categorías.
La palabra anticoncepción se agrupa en una categoría de palabras titulada “improductividad”.
Antes de leer algunas de las palabras y las frases de esa categoría, quiero leer algunas de las palabras y frases de la categoría de contraste al lado de ella titulado “Productividad. “Ahora hay decenas de palabras en cada una de estas categorías, y yo no voy a leerlas todas. Esta es sólo una muestra para ayudarle a crear una imagen.
Primero en la categoría de Productividad se encuentran estas palabras: fructífero, fertilidad, fecundidad, embarazo, riqueza, exuberancia, generosidad, abundancia, tierra fértil, abono, región abundante de leche y miel, finalmente, para terminar con broche de oro: bien dotado
Ahora comparemos esta imagen con las palabras de la categoría improductividad: sequedad, hambruna, esterilidad, anticoncepción, tierra estéril, paisaje lunar, desierto, ineficaz, escurrido, sin hijos, impotencia, paternidad planificada, matriz seca y, por último: entrañas secas.
Si consideramos que en algún momento 85 por ciento de las parejas católicas en edad reproductiva
usan anticonceptivos o se han esterilizado, entonces realmente nos hemos convertido en una Iglesia de entrañas secas. ¿Es esto lo que queremos ser? ¿Es esto a lo que el Cuerpo Místico de Cristo se supone se parece? ¿O queremos volver a ser lo que fuimos, una Iglesia fecunda, llena? Vamos a comparar las dos.
Una Iglesia de entrañas secas es una Iglesia con poco que decir al mundo sexualmente confundido a
su alrededor. Si nosotros, los feligreses devotos, no lo entendemos, o nos negamos a entender, como es que Dios ha conectado el sexo, el amor, el matrimonio y los bebés, entonces que Dios ayude al resto del mundo. Por ejemplo, tome la normalización creciente de la homosexualidad. Hubo un artículo escrito por un activista
homosexual que salió hace unos años, titulado “Ahora todos somos sodomitas.” Básicamente, sostiene que, ahora los heterosexuales han adoptado por completo su estilo de sexo estéril, entonces son hipócritas al criticar nuestro estilo homosexual de sexo esterilizado. El tiene muchas cosas malas en
ese artículo, pero sin duda tiene un punto allí.
Una Iglesia de entrañas secas también tartamudea cuando trata de hablar con sus propios jóvenes acerca
de la castidad. Millones de padres de familia como el Sr. y la Sra. Buena Gente saben todo acerca de la explotación sexual en este mundo y ellos a toda costa quieren proteger a sus
hijos de ella. Pero, ¿cómo van a poder hablar de manera convincente a sus hijos acerca de cómo una persona joven puede ser feliz sin sexo, tal vez durante años, cuando ellos no pueden estar sin él, incluso para un par de días al mes? Por favor, no me malinterpreten – necesitamos programas de educación sobre la abstinencia. Pero hasta que nosotros, los adultos, podamos empezar practicar lo que predicamos, entonces estamos casi perdiendo nuestro tiempo.
Una Iglesia de entrañas secas también produce solamente una mínima fracción de vocaciones sacerdotales y religiosas. Las vocaciones no brotan de la nada. Ellas salen de las vidas, las familias y las parroquias que
se caracterizan por la esperanza, la generosidad, la abnegación y el dominio propio. El sexo esterilizado refuerza los valores exactamente contrarios del miedo, el egoísmo, y la auto-indulgencia.
¿Cómo luce una Iglesia fecunda?
Bueno tiene luchas propias. No es un panorama totalmente color de rosa. Por cierto, para ayudar a aclarar este punto, me aseguré de incluir palabras como el estiércol y abono en la imagen de la productividad que pinté hace unos minutos. Pero a diferencia de las luchas de la Iglesia de entrañas secas, las luchas de la Iglesia fecunda son sanas, naturales, y, al final, redentoras.
Si quiere imaginarse lo que parece una iglesia fecunda, imagine una parroquia de inmigrantes de hace cien años, o una parroquia irlandesa de hace cincuenta años, o de una parroquia de África de hoy. Es una
parroquia con un montón de bebés: bebés sonriendo, bebés que lloran, niños ensuciados, bebés que babean,
bebés llorones – todos los líquidos de la vida y todos sus olores. Es una parroquia de familias numerosas,
familias pobres, familias que luchan, familias de sacrificio, familias que ayudan a las familias, familias que se unen sin importar que pase, familias que construyen catedrales. Y, oh, por cierto, una parroquia fecunda también es una parroquia con una abundancia de vocaciones sacerdotales y religiosas.
Ánimo a las parejas casadas
¿Cómo podemos llegar a ser este tipo de la Iglesia otra vez? Permítanme ofrecer algún aliento ahora a
todos ustedes Sr. y Sra. Buena Gente allí, y luego a todos ustedes los Padres Amigables.
Sr. y Sra. Buena Gente, espero que sepan, que yo sé, que la vida puede ser difícil y en realidad puede haber
razones legítimas en las cuales una pareja casada evite tener un hijo. La Iglesia no está diciendo que usted necesita tener quince hijos para ser buenos católicos. Lo que estoy pidiendo sin embargo, en nombre de la Iglesia, es buscar en este mundo super-sexualizado que nos rodea, y considerar la forma en que ha influido
tal vez de alguna manera, en la forma en que usted ve el sexo, la fertilidad y los bebés. Los caminos del mundo, en muchos aspectos, son contrarios no sólo al plan de Dios, sino a su propia felicidad.
Permítaseme añadir esto, en caso de que usted esté pensando, bueno, Steve, estamos muy felices ya que usamos la anticoncepción, muchas gracias. En primer lugar, si fueran a vivir la vida entera con la mentalidad anticonceptiva, nunca sabrían la gran diferencia que podrían haber visto sin ella. Las parejas que hacen el cambio con regularidad hablan de las mejoras profundas que han visto en sus matrimonios, su vida de fe, y en su vida sexual.
En segundo lugar, y esto es aún más importante, si lo que usted piensa, o lo que yo pienso, o lo que piensen los demás, nos va a hacer feliz no es lo que cuenta cuando se trata de hacer lo que Dios quiere que hagamos. A veces él quiere que hagamos cosas que no se sienten tan bien, pero tenemos que hacerlas de todos modos. Rechazar la anticoncepción es una de ellas. La anticoncepción es una mala elección, pero no es sólo una mala elección, como comer chocolates. Objetivamente hablando, nos puede separar de
la amistad con Dios. Por lo tanto, es algo que tenemos que confesar.
Tal vez usted todavía no esté convencido. Tal vez usted está pensando que no necesita las
enseñanzas de la Iglesia Católica para averiguar lo que es agradable a Dios. Amigos, por
favor, comprenda que esta enseñanza y las enseñanzas de la Iglesia Católica no son ciertas porque la Iglesia nos enseña que son la verdad. Es al revés. La Iglesia lo enseña porque es la verdad. Así que usted puede optar por desobedecer la enseñanza de la Iglesia sobre la anticoncepción, pero eso no va a hacerla falsa. Y también no va a significar que usted no tendrá que sufrir las consecuencias que se derivarán de su elección.
Al final, lo que hay que tener en cuenta, sin embargo, al meditar sobre lo que deben hacer, es que esta enseñanza de la Iglesia no se nos da para estropear nuestra alegría de vivir. Se ha dado a nosotros para que
podamos disfrutar de la vida al máximo. Así que, sí, la Iglesia con amor nos invita a tratar el regalo de Dios con el sexo, la fertilidad y los bebés de una manera muy diferente a la manera más fácil de cómo el mundo dice que hay que tratarlos. Pero yo les digo que de esa manera fácil del mundo, esa forma de anticoncepción y de esterilización, es el camino que conduce a la muerte. Muerte a la vida. Muerte al amor. Podemos optar por seguir ese camino, y podemos permanecer casados, y aún puede verse bien y sentirse bien, pero al final el pecado seguirá teniendo su efecto, de un modo u otro, en nuestras almas, en nuestros matrimonios, en nuestra iglesia y en nuestra sociedad.
O usted puede optar por el camino de Dios enseñado por la Iglesia, el cual significa elegir el camino de la vida. Significaría tomar tiempo para aprender sobre los ciclos naturales de la fertilidad. Esto figuraría no hacer nada intencionalmente a sus cuerpos que pudiera alterar, mutilar, bloquear de una u otra manera estropear su fertilidad. Si hay momentos en su matrimonio que usted realmente necesita evitar el embarazo, significaría
abstenerse sexualmente durante el tiempo de la fertilidad de la esposa, que suele ser alrededor de cinco a ocho días cada mes. Sin duda, esto puede ser difícil, pero se puede hacer, realmente ¡se puede! Y haciendo estos pequeños sacrificios conseguirán vivir su vida sexual y su matrimonio en plena armonía con el plan divino.
Ánimo para los sacerdotes
A nuestros sacerdotes, y también a nuestros obispos, con todo respeto ofrezco estos pensamientos. Por lo que he observado, algunas parejas descubrirán, por sí solos, sin ninguna guía de ustedes, la verdad sobre la
anticoncepción y la Planificación Familiar Natural y harán cambios. Pero creo que ya saben, al igual que yo, que sin su liderazgo en esta área no mucho va a cambiar. Su influencia es enorme.
Realicé una presentación sobre la Planificación Familiar Natural, para algunos sacerdotes, y después uno de ellos me llevó aparte y me dijo, refiriéndose a los laicos, “Steve, no lo entienden.” Y yo le dije: Padre, con respeto, si no están convencidos es porque usted no lo está. Lo sé porque conozco sacerdotes que
lo entienden, que realmente entiende la gravedad de la anticoncepción, lo que realmente está en juego, y que son capaces y están dispuestos a hablar con su gente al respecto. Y que han visto a su pueblo aceptar el reto y hacer los cambios necesarios.
Estos sacerdotes no necesitan amenazar con el infierno. Sólo con firmeza y amor explican de lo que se trata la sexualidad humana y lo que hacemos a nosotros mismos y nuestra relación con Dios cuando usamos los
anticonceptivos. ¿Será que algunas personas siguen optando por la anticoncepción y la esterilización sin importar cuán amablemente y amorosamente les habla usted? Seguro. Que ocurre con otros temas. ¿Algunos abandonan la Iglesia? Tal vez. Pero, respetuosamente, Padre, ese no es su problema. Eso es entre ellos y el Espíritu Santo. Su trabajo como clero es predicarnos la verdad en el amor, toda la verdad. Nuestro trabajo como laicos es escucharlo. Cuando la semilla cae en buena tierra, dará cientos de frutos. Sin embargo, la semilla debe ser sembrada en primer lugar.
Si usted quiere abordar este tema en su parroquia, pero aún no se siente preparado para una homilía completa en él, consideren el uso de lo que la Dra. Janet Smith llama ” ortodoxia alusiva.” Esto es cuando usted eleva el pecado de la anticoncepción indirectamente cuando se está frente a otro problema. Así, por ejemplo, en una homilía sobre el sacramento de la confesión que podría incluir la anticoncepción y la esterilización en una lista de pecados graves por los cuales una persona debería ir a confesarse
antes de recibir la comunión. También puede invitar a un sacerdote para dar la homilía. Una organización llamada NFP Outreach, www.nfpoutreach.org, tiene varios sacerdotes que viajan a las parroquias de todo el país dando misiones sobre este tema. También tienen en su página web un montón de otros recursos que le ayudarán a educarse y educar a sus feligreses sobre este tema.
Aquí están algunos otros recursos: One More Soul, en www.omsoul.com, tiene eventualmente la más grande variedad de materiales educativos sobre la PNF, la anticoncepción, la esterilización y la reversión de la esterilización. Ascension Press, que se encuentra en www.AscensionPress.com, también tiene una gran variedad de recursos sobre la Teología del Cuerpo, incluyendo muchos recursos de Christopher West.
Otras cosas que puede hacer. Llevar el tema hasta la confesión. Conozco a personas que nunca han pensado en confesar la anticoncepción hasta que un sacerdote les preguntó delicadamente sobre este
pecado en confesión. Siempre cubra el tema de control de la natalidad cuando se está preparando una joven pareja para el matrimonio. Puede darles materiales para revisar y repasar con ellos después. Hágales saber no sólo que Dios espera de ellos no usar métodos anticonceptivos, pero que las parejas que utilizan la
Planificación Familiar Natural tienen matrimonios más felices, en promedio y una tasa de divorcio que es una fracción de la población en general.
También puede hacer su parroquia tan amigable a los niños como sea posible. Al final de la misa muchos sacerdotes abiertamente reconocer a aquellos que están celebrando un cumpleaños o un aniversario. Usted también podría reconocer a alguien que acaba de tener un nuevo bebé o un nuevo nieto. Puede haber muchos domingos, cuando no habría respuesta a esa pregunta, pero eso es parte del punto, ¿verdad? Entonces, cuando hay una nueva vida presentada, y es recibida con un fuerte aplauso, el punto realmente
se hizo. Usted puede dar reconocimiento positivo y especial a las parejas que han hecho la heroica
decisión de tener una familia numerosa. Por lo general, si reciben el reconocimiento del todo, es negativo, como: “¿Así que van a parar ahora?” Dejemos que este no sea nuestro caso, y, Padre, por favor, abra el camino. Esto no significa que no puede ser juguetón. Me encantaría escuchar a un sacerdote decir algo como esto al final de la misa: “¿cuántos tienen ahora, Ed y Ruth? ¿Cuál es su secreto? ¿Qué tipo de agua están
bebiendo? ¡Eso es maravilloso! Deseamos que Dios les bendiga. ”
También es importante, sin embargo, ir más allá de las meras palabras como éstas, y reconocer los verdaderos
desafíos financieros y emocionales que muchas parejas enfrentan, los retos que podrían hacer que sea difícil
para ellos dar la bienvenida a un nuevo hijo, o que podría hacer más fácil para ellos sucumbir a la tentación de la anticoncepción o la esterilización. Al igual que sucede con nuestra lucha en contra del aborto, la lucha contra la anticoncepción debe ser algo más que tratar de persuadir a la gente a no hacerlo. También tenemos que responder pastoralmente al ayudar a crear ambientes en el hogar y en la parroquia, donde es fácil y conveniente para las familias cuidar y dar la bienvenida a los niños. Así que vamos a identificar a las
parejas que necesitan de nuestra ayuda, y, sí, vamos a orar por ellos, pero también vamos a preguntarles que es lo que realmente necesitan, y vamos a ayudarlos a encontrarlo.
Palabras finales
En esta charla espero que les haya mostrado que yo amo a la Iglesia. Es debido a este amor que yo quiero que seamos liberados de lo que sólo puedo describir como nuestra esclavitud a la anticoncepción. Para que esto suceda, tenemos que cambiar un montón de corazones y mentes y sólo sucederá con mucha oración y mucho trabajo. Pero si nos volvemos al Señor sobre este asunto muy serio, con un corazón humilde y contrito, él nos renovará, nos curará y nos hará libres. Nuevas fuentes de agua viva dentro de nosotros brotaran y fluirán afuera. Con el tiempo nos convertiremos en lo que Dios nos hizo, y lo que la cultura de la muerte que nos rodea tan desesperadamente necesita que seamos: testigos libres a la santidad de la vida humana y el amor marital.
Permítanme concluir ahora con estas palabras con las que Dios habló a través del profeta Isaías, que nos dan
una idea de lo que la Iglesia, recién liberada de su cautiverio, puede convertir a la tierra seca y marchita que nos rodea:
“No os acordéis de las cosas pasadas
ni traigáis a la memoria las cosas antiguas.
He aquí que yo hago cosa nueva;
pronto saldrá a luz, ¿no la conoceréis?
Otra vez abriré camino en el desierto
y ríos en la tierra estéril.
Las fieras del campo me honrarán,
los chacales y los pollos del avestruz;
porque daré aguas en el desierto,
ríos en la tierra estéril,
para que beba mi pueblo, mi escogido.
Este pueblo he creado para mí;
cantará mis alabanzas. ” Isaías 43:18-21.
In "Prove it God" Patty Schneier speaks as a Catholic woman and mother in our modern times. She tells her personal story of how God worked in her heart to turn her away from contraception and toward Natural Family Planning.
Patty Schneier's "Prove It, God" ...And He Did is available to listen to for free! Order it!
Stephen Patton M.A., J.D.
Stephen Patton's "Why Contraception Matters" talk is available to listen to for free! Read it!Order it!
La charla de Stephen Patton "Porque Importa la Anticoncepción" esta disponible aqui para que la escuchen gratis! Leela!Ordenala!
Porque Importa la Anticoncepción
Por Stephen Patton
Traducido por: Lydia Mendez y Liliana Cote de Bejarano
Grabado en los estudios de SEMACOM Foundation
Voces: Padre Antonio La Roca y Daniel Bejarano
Introducción:
Saludos. Soy el obispo Víctor Galeone de la Diócesis de San Agustín en la Florida. A continuación usted
oirá una presentación maravillosa por Steve Patton, el director de la oficina de Vida Familiar. Steve explica claramente por qué la sabiduría para todos los tiempos de la Iglesia que trata del amor conyugal trae mucha alegría a las parejas casadas y una profunda satisfacción para los sacerdotes que les sirven. Tenga cuidado, sin embargo, este mensaje podría tener un impacto duradero para bien en su vida. Disfrute de la presentación.
Stephen Patton:
Buenas tardes. Tengo que empezar con una advertencia. En esta charla voy a discutir algunos detalles sobre el acto conyugal, Lo que sucede, lo que significa, y cómo se puede deformar. Así que si están escuchando
ahora con niños pequeños, ya sea en vivo o en la grabación, por favor tomen en cuenta su edad y tal vez escuchen más tarde, cuando ellos no estén presentes.
Me gustaría platicarles acerca de tres personas: un sacerdote y un matrimonio. Son personajes
ficticios, pero en un sentido, son bastante reales. Cada uno representa una combinación de las opiniones de muchos sacerdotes reales y de las parejas casadas de hoy en día.
En primer lugar, permítanme que les presente al Padre Amigable.
El Padre Amigable es amado y respetado por sus feligreses, y él los ama y los respeta.
Él sabe todo acerca de las muchas tentaciones y las tensiones que enfrentan a diario, por lo que se preocupa por enseñar a menudo acerca de la compasión y la misericordia de Dios. Pero de todos los muchos problemas que pesan sobre su rebaño, y que pesan sobre él, se destacan dos: el aborto y el divorcio.
Si bien él no es lo que podríamos llamar un sacerdote activista pro-vida, sabe que el aborto es un grave crimen contra los no nacidos. Incluso ha predicado sobre esto de vez en cuando, aunque siempre con compasión. Él sabe que la mayoría de las mujeres toman esa terrible decisión, no tanto como una elección libre, sino porque no pensaban que realmente tenían otra opción. El quiere llegar a ellas, y quiere evitar que alguna otra persona tome esa misma terrible decisión.
Le intriga a él porqué mucha gente, cientos de miles, incluyendo católicos que parecen tan buenos, todavía son víctimas de este pecado.
Al mismo tiempo él sufre por la epidemia del divorcio. Ha aconsejado a docenas de familias y matrimonios
destrozados. Le entristece profundamente que esto le esté sucediendo a tantas parejas buenas, especialmente aquellas parejas que parecían tenerlo todo: los que van a misa regularmente, gente amable, padres que aman a sus hijos. El ha predicado acerca de la santidad del matrimonio, les ha recomendado terapia a las parejas que atraviesan por momentos difíciles. Promueve programas que fomentan
el enriquecimiento matrimonial.
Aún así los divorcios continúan multiplicándose.
Sin embargo existe un tema del cual el Padre amigable nunca ha predicado. La anticoncepción. El sabe que su uso va en contra de las enseñanzas de la Iglesia Católica; sabe además, que la mayoría de los católicos no cumplen con esta enseñanza. El no predica acerca de esto ni tampoco lo ha sacado a relucir en la confesión. El sospecha que con todas las otras preocupaciones que su rebaño tiene, él no debe
darles una más. El sospecha que hay algo equivocado con el uso de los anticonceptivos, pero piensa
que no es un asunto de gran importancia y que hay otros temas primordiales de los cuales hay que
hablar.
Ahora déjenme presentarles al Sr y la Sra. Buena Gente. Ellos participan activamente en
las actividades del padre Amigable, y en cada una de las áreas que acabo de mencionar sus puntos de vista son prácticamente idénticos a los del padre. Ellos saben que el aborto es malo y creen que nadie debería someterse a uno. También están entristecidos por la epidemia del divorcio a su alrededor, en su propia familia
y entre sus amigos más cercanos. Ellos no pueden entender lo que está pasando. Ellos toman su propio matrimonio en serio y desean que todas las parejas hagan lo mismo.
Pero si ellos se encuentran a tono con las enseñanzas de la Iglesia en el tema del aborto y el divorcio, no lo están en cuanto al tema de la anticoncepción. La Señora Buena Gente ha usado la píldora
anticonceptiva desde que era una adolescente, época en la que empezó a tener relaciones sexuales. Nunca nadie le dijo que esto estaba mal, ni sus padres ni sus amigos, tampoco sus maestros o sus doctores, ni sus sacerdotes. Si le dijeron algo, era que usar anticonceptivos era la única manera de ser responsable o no le dijeron nada. En cuanto al Sr. Buena Gente sucedió casi lo mismo. Así es que los dos llegaron al matrimonio con esa mentalidad. Siempre han usado los anticonceptivos, excepto cuando trataron de concebir.
De vez en cuando escucharon algo acerca de que la Iglesia Católica desaprueba el uso de los anticonceptivos. Pero ellos nunca escucharon que el usarlos constituía un pecado grave. Nunca se les explicó de qué forma nos dañan y cómo su uso es una ofensa para Dios. Oyeron hablar acerca de algo que llaman Planificación Familiar Natural pero nunca le dieron importancia. No conocen a nadie que tome
la Planificación Familiar Natural con seriedad, incluyendo aparentemente al Padre Amigable. La pareja Buena Gente quiere hacer lo correcto y quizás hubieran estado dispuestos a aprender de las enseñanzas de la Iglesia si alguien se las hubiera presentado. A menos que esto suceda, ellos seguirán usando
anticonceptivos y es probable que eventualmente elijan ser esterilizados.
Les ofrezco estas reflexiones a todos ustedes Padres Amigables y esposos Buena Gente. Yo quiero mostrar dos cosas. En primer lugar, quiero mostrar por qué la anticoncepción es un asunto realmente importante. Quiero demostrarles que no importa que tanta pasión tengamos acerca de detener el aborto y el divorcio;
hasta que empecemos a cambiar nuestros puntos de vista y las prácticas anticonceptivas, nunca vamos a ver el final de cualquiera de esos dos males.
En segundo lugar, quiero que atendamos a esto todos nosotros
que somos la Iglesia. ¿Qué clase de efecto secundario nos acarrea nuestra complicidad con nuestra mentalidad contraceptiva? y ¿qué podemos hacer al respecto?
Nuestra cultura de la muerte doble
Veamos primero de qué manera la anticoncepción conduce al aborto y al divorcio.
Quizás ustedes han escuchado los términos “la cultura de la vida” y “la cultura de la muerte” frases que fueron instituidas por el Papa Juan Pablo II. Pienso que podemos dividir la cultura de la muerte en dos sub-categorías: muerte a la vida y muerte al amor matrimonial.
Lo que quiero decir con muerte a la vida, no es solamente acerca de la muerte de las decenas de millones de bebés no nacidos, sino también la creciente muerte a la idea de la posibilidad de tener
bebés. A través de Norte América, Europa y virtualmente en cada cultura donde el aborto es una práctica cotidiana, podemos observar también la decadencia en la tasa de nacimientos.
Así es que, una cultura de muerte a la vida es una cultura que nos lleva a menospreciar una nueva vida humana. Lo que hacemos es,ya sea, asesinar a un gran porcentaje
de nuestros bebés por medio del aborto o nos inclinamos a un punto de vista más sombrío de ni siquiera concebirlos.
Nuestra cultura de muerte al amor matrimonial muestra un patrón semejante. Vemos más y más como va en aumento la muerte del amor matrimonial a través del divorcio (que está trágicamente en 50 % de los matrimonios) pero también muerte a la idea de establecer el compromiso matrimonial. Cada día, son
menos las parejas que están contrayendo matrimonio. La tasa de matrimonios ha estado disminuyendo por décadas.
¿Qué es lo que está sucediendo aquí?
La noción de que un hombre y una mujer establecieran un compromiso de por vida, y permanecieran en el, ha existido en cada cultura humana por miles de años.
¿Por qué en nuestra cultura actual está muriendo lentamente?
Veamos el divorcio y el aborto simultáneamente. Tengan en cuenta que ninguno es nuevo a la experiencia humana. Ambos han existido por miles de años, pero generalmente solo como último recurso, opción extrema. ¿Por qué entonces ambos emergieron de la oscuridad simultáneamente y se esparcieron a niveles epidémicos?
Lo que sugiero, es que toda esta muerte y decadencia en las formas del aborto, la disminución en la tasa de
nacimientos y el divorcio se multiplicaron simultáneamente con el aumento en el uso de los anticonceptivos.
Nuestra Cultura Anticonceptiva
Ahora me gustaría mostrarles lo que solamente puedo describir como la cultura anticonceptiva. Primero quiero
pedirles que consideren los términos “anticoncepción” y “esterilización” realmente intercambiables. Después de todo, la anticoncepción es básicamente una forma temporal de esterilización, mientras que la esterilización es una forma permanente de anticoncepción. Pero cada una significa lo mismo: un acto que intencionalmente transforma el acto sexual en estéril. Así es que cuando me refiero a una cultura anticonceptiva, a lo que realmente me estoy refiriendo es a nuestra cultura del sexo esterilizado. ¿Qué quiero decir con esto?
La visión dominante, moderna del sexo es que la mayoría, si no toda la vida reproductiva de una persona, su estado natural y saludable de fertilidad debe ser esterilizado. Si no se esteriliza, entonces, entre comillas, no es “seguro”. La posibilidad de que la actividad sexual pueda resultar en un embarazo es algo de lo cual usted necesita protegerse. Entendemos la frase, “sexo responsable”, como que “los responsables utilizan
un método anticonceptivo, y la gente irresponsable no lo hace de la misma manera”.
El adoctrinamiento en esta manera de pensar comienza temprano. Tanto si se trata de nuestros compañeros, padres, maestros, médicos o de los medios de comunicación, la instrucción sobre control natal por lo general nos llega de la mano con la instrucción sobre el sexo en general. Es considerado como algo normal, lo más seguro, y responsable que la gente hace. Ahora, por favor entiendan, podemos y debemos
oponernos a esta opinión. Lo que estoy diciendo, sin embargo, es que existe un amplio apoyo para ello. Usted
puede ser un padre muy respetado y líder cívico, no sólo a pesar de pensar así, pero debido a que cree en esto.
El resultado de toda esta presión cultural acumulada es que más del 90% de los americanos tienen relaciones sexuales esterilizadas en una u otra forma a lo largo de su vida, y los católicos como la pareja Buena Gente no son la excepción. Ellos y millones de otros como ellos construyen sus vidas alrededor
de este punto de vista de la fertilidad. Es simplemente un hecho. Es el aire que respiramos.
Quiten las relaciones sexuales esterilizadas, y la mayoría de la gente sentirán su mundo entero seriamente amenazado.
Incluso las personas que se oponen a enseñar a los niños acerca de los condones, o poner anticonceptivos en manos de los jóvenes o de las parejas no casadas se verán también amenazadas. No es de extrañar que el Padre Amigable no toque este tema ni con un palo de tres metros.
Pero pensemos por un momento en la gravedad de lo que está sucediendo aquí.
Piensen en lo que significa desde el punto de vista médico el esterilizar los órganos reproductivos ya sea temporal o permanentemente. Toda la medicina y el cuidado a la salud se reduce a esto: o mantiene sus órganos saludables o les ayuda a permanecer saludables. De esto se trata. El cuidado médico nunca supone convertir un órgano saludable en no saludable o en interferir con su función normal. Algunas veces los órganos
sufren por los efectos secundarios de tratamientos, por ejemplo cuando una persona con cáncer recibe
quimio-terapia. Pero esto solo se justifica si con este tratamiento resulta un beneficio. Supuesta mente nunca debemos enfermar un órgano o mutilarlo intencionalmente. Los doctores entienden esto, las enfermeras entienden esto, todos nosotros entendemos esto.
Pero por alguna razón extraña, la manera como tratamos los órganos reproductivos es la única excepción a esta regla. Pero, la fertilidad es un estado natural saludable. No es una enfermedad que necesita ser corregida con cirugía. No es un mal que necesita ser curado con una píldora. Sin embargo, la esterilización de estos órganos saludables no solamente es ampliamente aceptada por el personal médico; quien no lo acepta es considerado como atrasado o irresponsable. En la comunidad médica, la anticoncepción y la esterilización, se han convertido en el “estándar deatención”.
Por qué el sexo esterilizado causa aborto y divorcio
Retomemos ahora la pregunta ¿por qué la aceptación y aprobación generalizada del
sexo esterilizado nos ha llevado a la propagación del aborto y el divorcio?
Responderé esta pregunta en dos niveles, primero el nivel más aparente, al que llamaré la punta del
iceberg y después el nivel más sutil que se encuentra por debajo de la superficie.
La punta del iceberg
Así es que veamos primero el nivel más obvio, de qué manera la cultura del sexo esterilizado nos conduce a la cultura de la muerte.
Muerte al Amor Matrimonial
En primer lugar, con conducir a una cultura de la muerte al amor matrimonial lo que quiero decir es esto. Antes de la revolución anticonceptiva, había una conexión firme y clara entre el sexo y el matrimonio. Los casados tenían sexo, los solteros no; y si lo tenían, sabían más o menos que estaban haciendo algo
indebido. La mayoría de la gente sabía esto.
Pero todo empezó a cambiar a través del siglo veinte, cuando la anticoncepción comenzó a ser moralmente aceptada, disponible y eficaz. A través de los años sesentas podíamos ver con claridad, tanto los solteros como los casados, que, no se necesitaba estar casado para tener sexo. El uso de los anticonceptivos convirtió la sexualidad en una actividad recreativa a la que todos tienen derecho.
¿Qué significa esto para los no casados?
Bueno, quizás han escuchado el viejo refrán, ¿para qué comprar la vaca cuando puedes obtener la leche gratis? La aceptación generalizada y la disponibilidad de los anticonceptivos nos han
llevado a la fornicación generalizada. Las relaciones sexuales pre-matrimoniales no solo son socialmente aceptables sino socialmente respetables. No existe diferencia en cuanto a esta práctica entre los católicos. En los Estados Unidos el 90% de las parejas católicas comprometidas en matrimonio ya tienen relaciones sexuales. Sí, la gente se sigue casando pero en menor número. ¿Por qué sucede esto? Bien, Una de las razones por las cuales un hombre y una mujer se casaban era para comenzar a tener sexo y la anticoncepción ha quitado este motivo.
¿Qué es lo que la revolución anticonceptiva ha ocasionado a los matrimonios?
Hay tres formas en que se llevó a un aumento en las tasas de divorcio.
En primer lugar, es la otra cara de la moneda de lo que acabo de mencionar. Si el sexo ya no es una de las
razones primordiales para casarse, tampoco lo es para permanecer casado. Cualquiera puede tenerlo, es una comodidad. Pero una vez que quitemos el sexo de escena de todo aquello que hace del matrimonio algo
único y valioso, entonces una pareja tiene una razón menos para tratar de hacer que el matrimonio funcione.
Segundo, la práctica generalizada de la anticoncepción nos ha despojado de otra de las razones por las cuales las parejas se mantenían unidas que es el tener hijos. Algunas parejas tratan de hacer que su matrimonio funcione por el bienestar de los hijos. Pero, ¿qué sucede cuando no hay hijos de por medio? El
incremento en la anticoncepción nos ha conducido a tener menos hijos y en muchos casos
a no tener hijos del todo. Así es que el divorcio sucede como una consecuencia natural.
Tercero, el uso generalizado de anticonceptivos en las parejas casadas nos
ha llevado al incremento en el adulterio. Una vez que se ha eliminado uno de los temores mas grandes- en las relaciones extra-matrimoniales, que es el embarazo- empezaremos a ver un incremento en
esta práctica. Y cuando vemos más adulterio veremos también un incremento en
los divorcios.
En efecto, la práctica del sexo esterilizado ha convertido al matrimonio en una institución menos atractiva a la cual pertenecer y de la que es más fácil librarse. Esto ha contribuido a la desaparición de millones de matrimonios, los que se realizaron y los que nunca llegaron a efectuarse.
Muerte a la Vida
Veamos ahora la forma en que nuestra cultura del sexo esterilizado
generalizado también ha llevado a nuestra cultura a la muerte generalizada de la vida humana de los no-nacidos. Tenga en cuenta que por el momento estamos viendo sólo la punta del iceberg. Vamos a ver un nivel más profundo en un momento.
¿Cómo la anticoncepción generalizada lleva a la disminución de la tasas de natalidad?
Bueno, si el potencial del sexo de dar-vida es obstinadamente eliminado, la cultura poco a poco fomentará la
mentalidad en la que los propios niños son retirados de la escena. Ellos tienden a ser vistos no como un regalo sino como una desventaja, o arruinadores de un estilo de vida placentero. Puede ser que tengamos uno o dos, si eso es agradable para nosotros, pero después de esto la norma es rechazarlos.
¿Cómo la anticoncepción generalizada lleva al aborto generalizado?
Le doy crédito a la Dra. Jennifer Roback Morse resumiendo el lema de nuestra cultura de la liberación sexual de esta manera, y teniendo en cuenta que nuestra cultura de la liberación sexual ha sido posible sólo por la cultura de la anticoncepción: Ella dice que nuestra cultura es una cultura en la cual, “todos los adultos tienen derecho a la actividad sexual ilimitada sin tener el resultado de un bebé vivo.” Voy a decirlo otra vez, “todos los adultos tienen derecho a la actividad sexual ilimitada sin tener el resultado de un bebé vivo.”
Lo que trata la Dra. Morse es la prevalente desconexión de nuestra cultura entre el sexo y los bebés. Antes de que la anticoncepción reinara, dominaba la suposición de que un bebé era una consecuencia natural del
sexo. Si usted opta por tener relaciones sexuales, usted sabía que podría dar lugar a un bebé. Usted posiblemente no hubiera querido que eso sucediera, pero por supuesto que podría suceder. Si un bebé resultó, fue a causa de su acción libremente elegida, y por lo que probablemente, no necesariamente, pero es
probable que, sentiría un cierto tipo de responsabilidad hacia ese niño.
La revolución de los anticonceptivos cambió todo eso. Esto condujo a la hipótesis dominante de que los bebés no deberían tener nada que ver con el sexo. Es decir, no, a menos de que usted hubiese querido que
el bebe tenga algo que ver con el sexo, no, amenos que usted lo haya permitido. O como la doctora Morse lo dijo, no a menos que usted está metido en ese tipo de cosas.
Ahora, las parejas que piensan de esta manera saben que mantener a un bebé fuera de contexto no sucede por sí mismo, tienen que hacer su parte. Tienen que hacer algo al acto sexual para asegurarse de
que un bebé no sea concebido. Eso es lo ahora significa, entre comillas, tomar responsabilidad por sus acciones con respecto a la actividad sexual.
Pero si una pareja tiene este tipo de actitud, a continuación, cuando el método anticonceptivo falla, como ocurre a menudo, y hay un embarazo, ellos no tienden a pensar que el bebé que está ahí es resultado de sus
acciones. Ellos tienden a pensar que el bebé está ahí a pesar de sus acciones. En otras palabras, su forma de pensar no es tanto que es su hijo el que concibieron. Por el contrario, ellos tienden a pensar que es un invasor que fallaron en combatir. Este tipo de pensamiento, puede favorecer un sentido muy diferente de lo que es lo más responsable de hacer al respecto.
Ahora, me doy cuenta, que aún no estamos hablando sobre el aborto. No todo el que fuma tiene
cáncer de pulmón, y no todos los que usan métodos anticonceptivos y les falla van a tener un aborto. Lo que estoy diciendo, sin embargo, es que la anticoncepción, por su propia naturaleza, y como un fenómeno social amplio, tiende a inclinar el corazón de una nación hacia el aborto. Como Juan Pablo II lo
planteó en EvangeliumVitae, que en latín significa
Evangelio de la Vida, la mentalidad anticonceptiva refuerza la tentación de abortar. La anticoncepción y el aborto no son la misma cosa, pero como Juan Pablo lo dijo, están tan estrechamente
relacionados como “frutos del mismo árbol.”
Debajo del Iceberg
Hemos visto la punta del iceberg. Quiero mostrar ahora una visión más profunda de cómo el sexo estéril generalizado conduce tanto al aborto como al divorcio. Para hacer eso, tengo que mostrar primero el sexo como se supone debería ser, la forma en que fue hecho por Dios.
Cuando Dios creó el sexo, lo hizo para servir a dos propósitos o significados: # 1. para expresar el vínculo de amor conyugal entre un esposo y una esposa, y # 2. para crear una nueva vida humana. Y aquí está el
punto crucial. Dios hizo también que los dos significados o propósitos estén íntimamente, orgánicamente ligados uno al otro. En otras palabras, así como los dos forman uno, de tal manera que todo lo que una persona puede hacer para romper la unión orgánica de estos dos significados podría poner en peligro
el bienestar de ambos. El significado del amor conyugal se pondría en peligro, lo mismo que el significado de la vida humana.
¿Cómo están expresados juntos estos dos significados – el amor conyugal y la apertura a la vida en el acto sexual como fue hecho por Dios?
El momento cumbre del sexo, tanto para el esposo como para la esposa, es el momento del orgasmo. En aquel momento, el cual idealmente sucede al mismo tiempo, ellos experimentan juntos sensaciones intensas
de placer físico y de conexión emocional. Por ese acto sus cuerpos expresan todos los valores de la unión de amor que los mantiene juntos como marido y mujer.
Ellos se dicen uno al otro, con el lenguaje de sus cuerpos, “Oh, Dios mío! Te amo y quiero todo de ti y ¡doy todo de mí para ti! ”
Mientras tanto, tenga en cuenta lo que está sucediendo fisiológicamente
para aumentar y reforzar esta sensación de unión. Durante el orgasmo, tanto en el hombre como en la mujer, la hormona oxitocina fluye en su torrente sanguíneo. Ahora normalmente se entiende que esto ocurre a la mujer, pero también sucede en el hombre, a un nivel de intensidad más bajo, pero aún sucede tanto en el hombre, así como en la mujer.
La oxitocina es conocida como la hormona del amor, ya que está involucrada en el reconocimiento social,
la unión, y la formación de confianza entre las personas. Así que el orgasmo está profundamente conectado a expresar y afirmar un lazo de amor. Esto no quiere decir que el sexo en realidad siempre sea usado de esa
manera, pero a un nivel orgánico profundo es para lo que se hizo.
¿Qué pasa con el significado de dar vida?
Consideren lo quesucede con los órganos reproductivos del hombre y de la mujer. Para el esposo, el momento del orgasmo es el momento en el que el libera, en el cuerpo de su esposa, no sólo un fluido, sino
que literalmente su semilla, su identidad genética. Para él, entonces ese acto de orgasmo al mismo tiempo no sólo expresa su unión amorosa con ella, pero también la esperanza que él ha tenido o tendrá de convertirse en un padre con ella. Tal vez, en su mente, en realidad no desea, poder convertirse en un padre con ella por este acto en particular. Pero, esto es crucial, sin embargo, su cuerpo ansía expresar la apertura a esa posibilidad. En, y, a través de su cuerpo le está diciendo: “¡Ay, Dios mío! Podría convertirse en un padre contigo! “Y aún más:” ¡Ay, Dios mío, mi cuerpo está en realidad tratando de convertirse en un padre contigo! ”
Mientras tanto, para la esposa, así como para su esposo, la experiencia del orgasmo también está profundamente ligada a la posibilidad de crear una nueva vida. Para ella, el orgasmo llega en forma de contracciones uterinas. El cuello de su útero, literalmente, cae hacia abajo varias veces hacia la fuente de semen de su esposo, en una especie de movimiento ondeante. Por favor, entienda lo que está pasando
aquí. Su cuerpo no se está sólo lanzando en una especie de éxtasis sin rumbo, sino que quiere esa ¡semilla! Quiere ayudarle a alcanzar su ¡meta! Por lo tanto, al igual que con el acto de su marido
de la eyaculación, en el acto mismo de sus contracciones uterinas se expresan simultáneamente no sólo los sentimientos más intensos de la unión con su marido, sino también su más profundos deseos de su cuerpo para convertirse en madre por medio de él.
Permítanme agregar otro hecho fisiológico sobre el cuerpo de la mujer que ilustra este diseño para reproducirse. Para el hombre, el deseo sexual por su esposa es bastante constante de un día para otro. No lo es así para ella. Como ustedes saben, los días en que es probable que se sientan los deseos sexuales más intensos por su esposo son esos pocos días fértiles del mes en el que tiene más probabilidades de concebir. En su mente, ella puede realmente desearlo, puede concebir, o no, y en realidad puede ser capaz de concebir,
o no. Pero en un sentido, nada de eso es lo que realmente importa. Lo que importa es que su cuerpo a su manera, y el cuerpo de su esposo, a su manera, están profundamente conectados de tal forma que siempre están tratando de decir las dos cosas por medio de las relaciones sexuales, y para decir a la vez:
“Yo te amo para siempre” y “anhelo de crear una nueva vida contigo. ”
Ahora, demos un vistazo a lo que ocurre con esta imagen maravillosamente compleja de la sexualidad
humana, cuando una pareja a propósito frustra el significado que dar la vida, y ver cómo puede inclinarlos
hacia el divorcio y el aborto. Por cierto, por favor no piensen que en nada de esto me estoy refiriendo a las parejas que son infértiles, sin culpa propia. El factor decisivo no es la esterilidad, pero lo es la esterilidad deliberada.
El divorcio
Veamos primero eldivorcio. El vínculo que mantiene un matrimonio junto está compuesto por
una variedad de fuerzas: morales, sociales, religiosas, emocionales, económicas, etc. Si cualquiera de las fuerzas desaparece o se debilita, también lo hará la fuerza del vínculo matrimonial que también
se debilita o se desvanece. Así los divorcios también incrementarán. Una de estas fuerzas que mantiene un
matrimonio junto se trata de las relaciones sexuales regulares con significado. “Significativo”
es la palabra clave aquí. Si por alguna razón sus relaciones sexuales
se vuelven menos significativas, o tal vez carecen de sentido por completo, entonces también su enlace matrimonial se debilitará. Por lo tanto, si el sexo marital, como un fenómeno social amplio, es cada vez menos significativo, entonces podemos esperar que los divorcios comiencen a multiplicarse.
Esto es lo que ha sucedido con el significado del sexo en nuestros días. Si las naciones siguen quitando generalizadamente el sentido del sexo de dar la vida, hacemos que el sexo sea mucho menos significativo.
Piense en los millones de parejas que han usado la anticoncepción hasta el punto en el que uno o ambos
de ellos se quejan de que sus relaciones sexuales se han convertido básicamente en algo sin sentido. Dios unió ese sentido de dar la vida en el núcleo de la experiencia sexual. Fue hecho para ser una parte importante
del asombro del sexo: la chispa, el misterio de la vida misma. Así que ¿nosotros damos la vuelta y hacemos todo lo posible para cancelar ese significado del todo y no pensamos en las consecuencias negativas que pudiera conllevar?
Por favor, reflexionen aquí sobre esta ironía. El matrimonio que esteriliza sus relaciones íntimas se imagina que al hacer esto su relación va a mejorar. Ya saben, ellos tendrán relaciones sexuales, cuando tal vez no
las habrían tenido de otra manera, y que esto fortalecerá su relación, ¿verdad? Bueno, no funciona de esa manera. Sí, es posible que tengan un orgasmo junto y que probablemente sentirían placer a un nivel puramente físico. Y también podría servir para ellos un momento cariñoso, para aliviar la tensión Pero lo que
han perdido a través de hacer esto es la plenitud del significado de sus relaciones sexuales, y esta es una gran pérdida. Por mucho que realmente se amen, y quieran expresar ese amor, si han hecho algo para eliminar ese “podríamos tener un bebé”, es decir, al hacerlo, han disminuido el significado del acto como un todo.
Y esto se pone peor. Juan Pablo II señaló que debido a esa conexión orgánica, simbiótica entre los
dos significados del sexo, si una pareja quita el significado de dar la vida, al hacer eso, ellos de alguna manera misteriosa, también han quitando el significado que da el amor. Desde este punto de vista, esterilizar el sexo es completamente robarlo de significado.
Un estudio recién publicado en el Journal of Reproductive Medicine parece apoyar este punto de vista (J Reprod Med 2007; 52:263-272). Los autores del estudio realizado en 2007, titulado “Efectos de la ligadura de
trompas entre las mujeres americanas”, encontraron que las mujeres que habían tenido una ligadura de trompas eran más propensas que las mujeres que no la habían tenido a reportar dos cosas: # 1. Estrés que interfiere con el sexo, y # 2 Visitar el médico por problemas sexuales. Además de sus propios hallazgos
los autores se refieren en su artículo a una investigación anterior que demostró que, y cito, “las mujeres con una ligadura de trompas tienen una tendencia a informar de un tipo de imagen de cuerpo mutilado.” Llegan a la conclusión, y de nuevo cito, “es razonable preguntarse si la ligadura de trompas, de alguna manera altera el vínculo emocional entre la pareja.”
De alguna manera se interrumpe el vínculo emocional. Lo que no han podido identificar es “de qué manera” existe esa conexión misteriosa entre el significado pro-creativo y de donación amorosa. Interrumpir el propósito de pro-crear esinterrumpir el propósito de dar-amor.
Y la tragedia, de nuevo, es que estos no son los deseos en absoluto de la pareja que se esteriliza. Todo lo contrario. Lo hacen porque creen que va a mejorar su vínculo emocional. Sin embargo, como beber agua salada para saciar la sed, tener relaciones sexuales esterilizadas no apagará la sed del hombre por amor. No sólo no sacia esa profunda necesidad, la agrava. Nuestra cultura anticonceptiva nos ha dejado
hinchados con el sexo, y deshidratados para el amor. Y por lo tanto inclinados hacia el divorcio.
El Aborto
Veamos ahora qué significa distorsionar el acto sexual para el aborto. Recordemos que en el momento del orgasmo, el cuerpo del hombre y de la mujer, cada uno a su manera se agitan en un esfuerzo compartido para
concebir una nueva vida. Repito lo que dije hace un momento: sus cuerpos van atratar de hacer esto cada vez, independientemente de su intención o su capacidad para concebir realmente una nueva vida.
A la luz de este hecho, creo que es hermoso pensar en una pareja de setenta años haciendo el amor. Ella no ha ovulado en las últimas décadas. No hay posibilidad de concebir una nueva vida. Y sin embargo, son sus cuerpos, los que aún están haciendo esa misteriosa danza de la fertilidad en conjunto, siguen luchando, contra viento y marea, para concebir un bebé. Desde el comienzo de su matrimonio hasta llegar asu fin, su amor el uno por el otro está de alguna manera siempre misteriosamente conectado a la creación de una nueva vida juntos.
¿Pero qué hace un matrimonio joven y fértil acerca de esto si realmente no es el momento adecuado para ellos para tener un bebé? Bueno, si quieren vivir en armonía con sus cuerpos, ellos esperarán hasta un
tiempo, naturalmente infértil. Cuando llegue ese momento, su cuerpo volverá a reunirse y hacer la danza de la fertilidad. Se pondrá a prueba el concebir. Eso es muy probable que no suceda en realidad, pero no será porque han hecho algo para frustrar la posibilidad de procrear de sus propios cuerpos. Esta es una manera natural, integral de vivir con su fertilidad. Siempre la tratan con reverencia, asombro y ternura. Siempre reciben la fertilidad y trabajan con ella, incluso si esto significa tener que sufrir de vez en cuando.
Contraste este enfoque con la alternativa mucho más popular que las parejas eligen estos días, que es no trabajar con el misterio que da la vida de sus propios cuerpos, sino luchar contra ella. El don de la fertilidad no se recibe, se rechaza. No se trata con cuidado, es interferida, o manipulada, o mutilada quirúrgicamente. Por cualquier método que elijan, las parejas que esterilizan su sexo aplican una fuerza contra ellos mismos. Es un tipo de violencia contra el cuerpo humano, y eso sí, es violencia hacia partes muy especiales del cuerpo humano en el momento mismo en que están ansiosamente tratando de llevar a cabo una función muy sagrada: crear una nueva vida humana.
Hablando de auto-violencia, señores, piensen por un momento lo que realmente sucede cuando se tiene una vasectomía. Sus testículos están todavía allí, pero han sido cortados fuera del acto para el cual fueron
creados. Ahora sólo están colgando, inertes, como los muertos vivientes – pequeños zombis. Por cierto, si ustedes han sido esterilizados, ya sea por una vasectomía o una ligadura de trompas, el procedimiento puede ser revertido. Usted puede regresar sus órganos en el exilio a la tierra de los vivos.
No estoy aquí para acusarlos lanzando piedras. Sólo les estoy pidiendo reflexionar y pensar en lo que realmente estamos haciendo esterilizando el sexo. Independientemente
de nuestras motivaciones, o nuestra culpabilidad moral, o lo que sea, estamos participando en una especie de alienación y de guerra con nuestros propios cuerpos. Y piensen que esto no pasa sólo con una pareja una vez, pero sucede una y otra vez, a millones de parejas, año tras año, hasta el punto que esta
ahora es la forma normal en que nuestra nación y nuestra Iglesia, trata el misterio de la vida en el sexo.
Así que aquí está el punto clave: ¿Cree usted que el patrón común de nuestra nación de rechazar nuestra fertilidad podría tener un efecto indirecto en la forma en que tratamos a nuestros embarazos no deseados?
¿No es razonable que la violencia cometida regularmente en contra del potencial de dar la vida que tiene el sexo podría llevar a la violencia cometida contra la vida misma? Una vez más, no estoy diciendo que cualquier pareja, como la del matrimonio Buena Gente, que esterilizan sus relaciones sexuales necesariamente
tengan un aborto, o incluso jamás piensen que nadie debe tener uno. Lo que estoy diciendo, sin embargo, es que cualquier pareja que usa anticonceptivos tiene que saber que sus actos sexuales esterilizados no están aislados. Encajan en un patrón cultural amplio, y que contribuyen a ese patrón. Y es el mismo
patrón cultural que promueve el aborto.
¿Qué significa esto para nuestra Iglesia?
Al comienzo de esta charla dije que quería mostrar dos cosas. He intentado hacer la primera, que es
mostrar que la anticoncepción es realmente un gran problema, que es la raíz de nuestra cultura
de hoy en día del aborto y del divorcio. Ahora quiero mostrarles la segunda, que es lo que la complicidad de nuestra Iglesia con la mentalidad anticonceptiva ha hecho en nosotros, y lo que nosotros como Iglesia podemos hacer al respecto.
En primer lugar, ¿qué es lo que quiero decir con la complicidad de nuestra Iglesia?
Encuesta tras encuesta, estudio tras estudio, muestran que la anticoncepción es tan popular entre nosotros los católicos, como lo es con en el resto de la población. Y esto no es sólo el caso de aquellos que dicen que son católicos, pero nunca van a la iglesia. Incluye a los miembros activos como el Sr. y la Sra. Buena Gente, las personas que asisten a la iglesia con regularidad, que dicen que su religión es muy importante para ellos, y
que de otro modo tienen puntos de vista ortodoxos. Esto se demostró de nuevo en un estudio publicado en mayo del 2007 por investigadores de la Universidad Marquette, Ohlendorf y Fehring. (“La influencia de la religiosidad en el uso de anticonceptivos entre mujeres católicas romanas en los Estados Unidos,” Revista Trimestral Linacre, mayo de 2007, Volumen 74, Número 2, pp 135 – 144.) En realidad, su estudio demostró que los católicos que van a la iglesia regularmente, son los más propensos a esterilizarse que los católicos que no van a la iglesia.
¿Qué ha causado todo esto a nosotros como Iglesia? Encontré una idea de una fuente inusual. Cuando me estaba preparando para esta charla, yo estaba tratando de encontrar las palabras e imágenes para describir un mundo con la anticoncepción, y un mundo sin utilizar métodos anticonceptivos. Consulté la
6 ª edición del diccionario de sinónimos Roget Internacional, derechos de autor del 2001. Si usted no está familiarizado con este libro, es, en primer lugar, la autoridad en el idioma Inglés, y, en segundo lugar,
se trata de un recurso totalmente secular. No tiene ninguna agenda religiosa o moral, buena ni mala. Simplemente hace lo que un diccionario de sinónimos
se supone debe hacer: agrupa palabras, como se entienden comúnmente, en las categorías de palabras similares, y contrasta aquellas categorías con otras categorías.
La palabra anticoncepción se agrupa en una categoría de palabras titulada “improductividad”.
Antes de leer algunas de las palabras y las frases de esa categoría, quiero leer algunas de las palabras y frases de la categoría de contraste al lado de ella titulado “Productividad. “Ahora hay decenas de palabras en cada una de estas categorías, y yo no voy a leerlas todas. Esta es sólo una muestra para ayudarle a crear una imagen.
Primero en la categoría de Productividad se encuentran estas palabras: fructífero, fertilidad, fecundidad, embarazo, riqueza, exuberancia, generosidad, abundancia, tierra fértil, abono, región abundante de leche y miel, finalmente, para terminar con broche de oro: bien dotado
Ahora comparemos esta imagen con las palabras de la categoría improductividad: sequedad, hambruna, esterilidad, anticoncepción, tierra estéril, paisaje lunar, desierto, ineficaz, escurrido, sin hijos, impotencia, paternidad planificada, matriz seca y, por último: entrañas secas.
Si consideramos que en algún momento 85 por ciento de las parejas católicas en edad reproductiva
usan anticonceptivos o se han esterilizado, entonces realmente nos hemos convertido en una Iglesia de entrañas secas. ¿Es esto lo que queremos ser? ¿Es esto a lo que el Cuerpo Místico de Cristo se supone se parece? ¿O queremos volver a ser lo que fuimos, una Iglesia fecunda, llena? Vamos a comparar las dos.
Una Iglesia de entrañas secas es una Iglesia con poco que decir al mundo sexualmente confundido a
su alrededor. Si nosotros, los feligreses devotos, no lo entendemos, o nos negamos a entender, como es que Dios ha conectado el sexo, el amor, el matrimonio y los bebés, entonces que Dios ayude al resto del mundo. Por ejemplo, tome la normalización creciente de la homosexualidad. Hubo un artículo escrito por un activista
homosexual que salió hace unos años, titulado “Ahora todos somos sodomitas.” Básicamente, sostiene que, ahora los heterosexuales han adoptado por completo su estilo de sexo estéril, entonces son hipócritas al criticar nuestro estilo homosexual de sexo esterilizado. El tiene muchas cosas malas en
ese artículo, pero sin duda tiene un punto allí.
Una Iglesia de entrañas secas también tartamudea cuando trata de hablar con sus propios jóvenes acerca
de la castidad. Millones de padres de familia como el Sr. y la Sra. Buena Gente saben todo acerca de la explotación sexual en este mundo y ellos a toda costa quieren proteger a sus
hijos de ella. Pero, ¿cómo van a poder hablar de manera convincente a sus hijos acerca de cómo una persona joven puede ser feliz sin sexo, tal vez durante años, cuando ellos no pueden estar sin él, incluso para un par de días al mes? Por favor, no me malinterpreten – necesitamos programas de educación sobre la abstinencia. Pero hasta que nosotros, los adultos, podamos empezar practicar lo que predicamos, entonces estamos casi perdiendo nuestro tiempo.
Una Iglesia de entrañas secas también produce solamente una mínima fracción de vocaciones sacerdotales y religiosas. Las vocaciones no brotan de la nada. Ellas salen de las vidas, las familias y las parroquias que
se caracterizan por la esperanza, la generosidad, la abnegación y el dominio propio. El sexo esterilizado refuerza los valores exactamente contrarios del miedo, el egoísmo, y la auto-indulgencia.
¿Cómo luce una Iglesia fecunda?
Bueno tiene luchas propias. No es un panorama totalmente color de rosa. Por cierto, para ayudar a aclarar este punto, me aseguré de incluir palabras como el estiércol y abono en la imagen de la productividad que pinté hace unos minutos. Pero a diferencia de las luchas de la Iglesia de entrañas secas, las luchas de la Iglesia fecunda son sanas, naturales, y, al final, redentoras.
Si quiere imaginarse lo que parece una iglesia fecunda, imagine una parroquia de inmigrantes de hace cien años, o una parroquia irlandesa de hace cincuenta años, o de una parroquia de África de hoy. Es una
parroquia con un montón de bebés: bebés sonriendo, bebés que lloran, niños ensuciados, bebés que babean,
bebés llorones – todos los líquidos de la vida y todos sus olores. Es una parroquia de familias numerosas,
familias pobres, familias que luchan, familias de sacrificio, familias que ayudan a las familias, familias que se unen sin importar que pase, familias que construyen catedrales. Y, oh, por cierto, una parroquia fecunda también es una parroquia con una abundancia de vocaciones sacerdotales y religiosas.
Ánimo a las parejas casadas
¿Cómo podemos llegar a ser este tipo de la Iglesia otra vez? Permítanme ofrecer algún aliento ahora a
todos ustedes Sr. y Sra. Buena Gente allí, y luego a todos ustedes los Padres Amigables.
Sr. y Sra. Buena Gente, espero que sepan, que yo sé, que la vida puede ser difícil y en realidad puede haber
razones legítimas en las cuales una pareja casada evite tener un hijo. La Iglesia no está diciendo que usted necesita tener quince hijos para ser buenos católicos. Lo que estoy pidiendo sin embargo, en nombre de la Iglesia, es buscar en este mundo super-sexualizado que nos rodea, y considerar la forma en que ha influido
tal vez de alguna manera, en la forma en que usted ve el sexo, la fertilidad y los bebés. Los caminos del mundo, en muchos aspectos, son contrarios no sólo al plan de Dios, sino a su propia felicidad.
Permítaseme añadir esto, en caso de que usted esté pensando, bueno, Steve, estamos muy felices ya que usamos la anticoncepción, muchas gracias. En primer lugar, si fueran a vivir la vida entera con la mentalidad anticonceptiva, nunca sabrían la gran diferencia que podrían haber visto sin ella. Las parejas que hacen el cambio con regularidad hablan de las mejoras profundas que han visto en sus matrimonios, su vida de fe, y en su vida sexual.
En segundo lugar, y esto es aún más importante, si lo que usted piensa, o lo que yo pienso, o lo que piensen los demás, nos va a hacer feliz no es lo que cuenta cuando se trata de hacer lo que Dios quiere que hagamos. A veces él quiere que hagamos cosas que no se sienten tan bien, pero tenemos que hacerlas de todos modos. Rechazar la anticoncepción es una de ellas. La anticoncepción es una mala elección, pero no es sólo una mala elección, como comer chocolates. Objetivamente hablando, nos puede separar de
la amistad con Dios. Por lo tanto, es algo que tenemos que confesar.
Tal vez usted todavía no esté convencido. Tal vez usted está pensando que no necesita las
enseñanzas de la Iglesia Católica para averiguar lo que es agradable a Dios. Amigos, por
favor, comprenda que esta enseñanza y las enseñanzas de la Iglesia Católica no son ciertas porque la Iglesia nos enseña que son la verdad. Es al revés. La Iglesia lo enseña porque es la verdad. Así que usted puede optar por desobedecer la enseñanza de la Iglesia sobre la anticoncepción, pero eso no va a hacerla falsa. Y también no va a significar que usted no tendrá que sufrir las consecuencias que se derivarán de su elección.
Al final, lo que hay que tener en cuenta, sin embargo, al meditar sobre lo que deben hacer, es que esta enseñanza de la Iglesia no se nos da para estropear nuestra alegría de vivir. Se ha dado a nosotros para que
podamos disfrutar de la vida al máximo. Así que, sí, la Iglesia con amor nos invita a tratar el regalo de Dios con el sexo, la fertilidad y los bebés de una manera muy diferente a la manera más fácil de cómo el mundo dice que hay que tratarlos. Pero yo les digo que de esa manera fácil del mundo, esa forma de anticoncepción y de esterilización, es el camino que conduce a la muerte. Muerte a la vida. Muerte al amor. Podemos optar por seguir ese camino, y podemos permanecer casados, y aún puede verse bien y sentirse bien, pero al final el pecado seguirá teniendo su efecto, de un modo u otro, en nuestras almas, en nuestros matrimonios, en nuestra iglesia y en nuestra sociedad.
O usted puede optar por el camino de Dios enseñado por la Iglesia, el cual significa elegir el camino de la vida. Significaría tomar tiempo para aprender sobre los ciclos naturales de la fertilidad. Esto figuraría no hacer nada intencionalmente a sus cuerpos que pudiera alterar, mutilar, bloquear de una u otra manera estropear su fertilidad. Si hay momentos en su matrimonio que usted realmente necesita evitar el embarazo, significaría
abstenerse sexualmente durante el tiempo de la fertilidad de la esposa, que suele ser alrededor de cinco a ocho días cada mes. Sin duda, esto puede ser difícil, pero se puede hacer, realmente ¡se puede! Y haciendo estos pequeños sacrificios conseguirán vivir su vida sexual y su matrimonio en plena armonía con el plan divino.
Ánimo para los sacerdotes
A nuestros sacerdotes, y también a nuestros obispos, con todo respeto ofrezco estos pensamientos. Por lo que he observado, algunas parejas descubrirán, por sí solos, sin ninguna guía de ustedes, la verdad sobre la
anticoncepción y la Planificación Familiar Natural y harán cambios. Pero creo que ya saben, al igual que yo, que sin su liderazgo en esta área no mucho va a cambiar. Su influencia es enorme.
Realicé una presentación sobre la Planificación Familiar Natural, para algunos sacerdotes, y después uno de ellos me llevó aparte y me dijo, refiriéndose a los laicos, “Steve, no lo entienden.” Y yo le dije: Padre, con respeto, si no están convencidos es porque usted no lo está. Lo sé porque conozco sacerdotes que
lo entienden, que realmente entiende la gravedad de la anticoncepción, lo que realmente está en juego, y que son capaces y están dispuestos a hablar con su gente al respecto. Y que han visto a su pueblo aceptar el reto y hacer los cambios necesarios.
Estos sacerdotes no necesitan amenazar con el infierno. Sólo con firmeza y amor explican de lo que se trata la sexualidad humana y lo que hacemos a nosotros mismos y nuestra relación con Dios cuando usamos los
anticonceptivos. ¿Será que algunas personas siguen optando por la anticoncepción y la esterilización sin importar cuán amablemente y amorosamente les habla usted? Seguro. Que ocurre con otros temas. ¿Algunos abandonan la Iglesia? Tal vez. Pero, respetuosamente, Padre, ese no es su problema. Eso es entre ellos y el Espíritu Santo. Su trabajo como clero es predicarnos la verdad en el amor, toda la verdad. Nuestro trabajo como laicos es escucharlo. Cuando la semilla cae en buena tierra, dará cientos de frutos. Sin embargo, la semilla debe ser sembrada en primer lugar.
Si usted quiere abordar este tema en su parroquia, pero aún no se siente preparado para una homilía completa en él, consideren el uso de lo que la Dra. Janet Smith llama ” ortodoxia alusiva.” Esto es cuando usted eleva el pecado de la anticoncepción indirectamente cuando se está frente a otro problema. Así, por ejemplo, en una homilía sobre el sacramento de la confesión que podría incluir la anticoncepción y la esterilización en una lista de pecados graves por los cuales una persona debería ir a confesarse
antes de recibir la comunión. También puede invitar a un sacerdote para dar la homilía. Una organización llamada NFP Outreach, www.nfpoutreach.org, tiene varios sacerdotes que viajan a las parroquias de todo el país dando misiones sobre este tema. También tienen en su página web un montón de otros recursos que le ayudarán a educarse y educar a sus feligreses sobre este tema.
Aquí están algunos otros recursos: One More Soul, en www.omsoul.com, tiene eventualmente la más grande variedad de materiales educativos sobre la PNF, la anticoncepción, la esterilización y la reversión de la esterilización. Ascension Press, que se encuentra en www.AscensionPress.com, también tiene una gran variedad de recursos sobre la Teología del Cuerpo, incluyendo muchos recursos de Christopher West.
Otras cosas que puede hacer. Llevar el tema hasta la confesión. Conozco a personas que nunca han pensado en confesar la anticoncepción hasta que un sacerdote les preguntó delicadamente sobre este
pecado en confesión. Siempre cubra el tema de control de la natalidad cuando se está preparando una joven pareja para el matrimonio. Puede darles materiales para revisar y repasar con ellos después. Hágales saber no sólo que Dios espera de ellos no usar métodos anticonceptivos, pero que las parejas que utilizan la
Planificación Familiar Natural tienen matrimonios más felices, en promedio y una tasa de divorcio que es una fracción de la población en general.
También puede hacer su parroquia tan amigable a los niños como sea posible. Al final de la misa muchos sacerdotes abiertamente reconocer a aquellos que están celebrando un cumpleaños o un aniversario. Usted también podría reconocer a alguien que acaba de tener un nuevo bebé o un nuevo nieto. Puede haber muchos domingos, cuando no habría respuesta a esa pregunta, pero eso es parte del punto, ¿verdad? Entonces, cuando hay una nueva vida presentada, y es recibida con un fuerte aplauso, el punto realmente
se hizo. Usted puede dar reconocimiento positivo y especial a las parejas que han hecho la heroica
decisión de tener una familia numerosa. Por lo general, si reciben el reconocimiento del todo, es negativo, como: “¿Así que van a parar ahora?” Dejemos que este no sea nuestro caso, y, Padre, por favor, abra el camino. Esto no significa que no puede ser juguetón. Me encantaría escuchar a un sacerdote decir algo como esto al final de la misa: “¿cuántos tienen ahora, Ed y Ruth? ¿Cuál es su secreto? ¿Qué tipo de agua están
bebiendo? ¡Eso es maravilloso! Deseamos que Dios les bendiga. ”
También es importante, sin embargo, ir más allá de las meras palabras como éstas, y reconocer los verdaderos
desafíos financieros y emocionales que muchas parejas enfrentan, los retos que podrían hacer que sea difícil
para ellos dar la bienvenida a un nuevo hijo, o que podría hacer más fácil para ellos sucumbir a la tentación de la anticoncepción o la esterilización. Al igual que sucede con nuestra lucha en contra del aborto, la lucha contra la anticoncepción debe ser algo más que tratar de persuadir a la gente a no hacerlo. También tenemos que responder pastoralmente al ayudar a crear ambientes en el hogar y en la parroquia, donde es fácil y conveniente para las familias cuidar y dar la bienvenida a los niños. Así que vamos a identificar a las
parejas que necesitan de nuestra ayuda, y, sí, vamos a orar por ellos, pero también vamos a preguntarles que es lo que realmente necesitan, y vamos a ayudarlos a encontrarlo.
Palabras finales
En esta charla espero que les haya mostrado que yo amo a la Iglesia. Es debido a este amor que yo quiero que seamos liberados de lo que sólo puedo describir como nuestra esclavitud a la anticoncepción. Para que esto suceda, tenemos que cambiar un montón de corazones y mentes y sólo sucederá con mucha oración y mucho trabajo. Pero si nos volvemos al Señor sobre este asunto muy serio, con un corazón humilde y contrito, él nos renovará, nos curará y nos hará libres. Nuevas fuentes de agua viva dentro de nosotros brotaran y fluirán afuera. Con el tiempo nos convertiremos en lo que Dios nos hizo, y lo que la cultura de la muerte que nos rodea tan desesperadamente necesita que seamos: testigos libres a la santidad de la vida humana y el amor marital.
Permítanme concluir ahora con estas palabras con las que Dios habló a través del profeta Isaías, que nos dan
una idea de lo que la Iglesia, recién liberada de su cautiverio, puede convertir a la tierra seca y marchita que nos rodea:
“No os acordéis de las cosas pasadas
ni traigáis a la memoria las cosas antiguas.
He aquí que yo hago cosa nueva;
pronto saldrá a luz, ¿no la conoceréis?
Otra vez abriré camino en el desierto
y ríos en la tierra estéril.
Las fieras del campo me honrarán,
los chacales y los pollos del avestruz;
porque daré aguas en el desierto,
ríos en la tierra estéril,
para que beba mi pueblo, mi escogido.
Este pueblo he creado para mí;
cantará mis alabanzas. ” Isaías 43:18-21.
Porque importa la Anticoncepcion (mp3)
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